30 ciudades europeas que te sorprenderán
Puerto de la costa norte del golfo de Corinto, fue nombrada como Lepanto bajo el dominio veneciano y en sus aguas se dio la célebre batalla en la que Miguel de Cervantes, autor de 'Don Quijote', perdió su mano izquierda luchando contra los turcos. Un enclave perfecto para contemplar el mar Mediterráneo.
La capital de Suiza es una ciudad con enorme encanto y larga historia, extendida a lo largo de un río cuya agitación y color dan personalidad a gran parte del paisaje.
No sólo Viena es el principal atractivo de Austria. Graz es una ciudad con historia y también con vanguardia arquitectónica (véase el célebre puente de la isla de Murinsel diseñado por Vito Acconci).
Imagen: Josh Hild / Unsplash
Asomada al mar y con un aire de ciudad colonial de otro tiempo, es una de las ciudades más desconocidas y bellas de España.
En la Silesia polaca se ubica esta ciudad de coloridos edificios y que hay quien denomina "la Venecia de Polonia" debido a que sus calles se extienden a través de 12 islas y 100 puentes sobre el río Oder.
En el país vascofrancés se sitúa este exclusivo lugar de vacaciones con aire señorial y un mar tempestuoso que gusta a los amantes del surf.
Arrasada durante la II Guerra Mundial y reconstruida en todo su esplendor, Dresde es una de las ciudades más bellas de Alemania, con sus palacios, sus vestigios medievales y sus altísimas torres.
Sus callejuelas, sus tabernas, su vida cultural y las cercanas playas de La Camarga hacen de Montpellier un destino excepcional y, de momento, no demasiado masificado.
Fue el puerto del Imperio Austrohúngaro, cruce de caminos, capital cosmopolita, ciudad disputada y luego olvidada y, actualmente, un bello paisaje urbano.
Capital de Transilvania, entre verdes montañas y con un enorme peso histórico en sus calles.
Ciudad de canales en la costa portuguesa. Históricamente vivió de la pesca, la recogida de algas y la sal. Y ahora es un vestigio brillante de otros tiempos, una joya europea.
Urbe en la que conviven las piedras medievales con edificios modernistas con la firma de Mies van der Rohe.
Albania es el destino emergente en Europa y su capital, Tirana, tiene esa mezcla de oriente y occidente que hace tan atractivo este país.
Una ciudad con 6.000 años de historia, un casco histórico colorido, varias mezquitas, restos de un estadio romano y con un teatro romano en el que se hacen todavía representaciones.
En la región belga de Valonia, a orillas del río Mosa y en medio de fabulosos acantilados. Un rincón escondido de Europa donde perderse.
Una ciudad viva y vibrante que ha cambiado muchísimo en los últimos años y está deseosa de acoger a visitantes que quieran conocer sus museos, sus cafés o su vida nocturna.
El más bello caos, con el Vesubio vigilante en el horizonte y un laberinto de calles, edificios coloridos y vivísima humanidad. Pura Itali. Puro sur.
Una ciudad de canales para pasear y disfrutar de sus innumerables cafés y restaurantes.
La gran desconocida entre las capitales europeas y, sin embargo, posee un gran atractivo. Tiene majestuosos edificios históricos y, a la vez, la dimensión adecuada para poder disfrutarla a pie, sin estrés.
Edificada sobre el río Lee, que se bifurca en dos canales, y situada en el puerto natural más grande del mundo. Irlanda en estado puro.
Un museo vikingo subterráneo, un centro de arte contemporáneo puntero llamado ARoS, casas de madera y un esplendoroso jardín botánico. Mucho que ver en esta pequeña ciudad danesa.
En sus callejuelas mediterráneas persiste un aire de hermosa decadencia que, sin embargo, no debe engañar al viajero: Marsella es una ciudad emergente con restaurantes de vanguardia, centros de arte y una vibrante vida social y cultural.
La que fuera ciudad mártir durante la guerra que desintegró Yugoslavia es hoy una urbe acogedora y fascinante como nunca. Historia y modernidad se unen en este rincón de los Balcanes.
De siempre ha tenido esta ciudad portuaria de Alemania fama de abierta y dada a la fiesta nocturna. Aquí tocaron The Beatles antes de ser célebres. Y aquí puede disfrutarse de la belleza de sus canales, sus antiguos edificios industriales, sus bares y restaurantes, sus mercados...
Una capital con mucho para descubrir y que posee ese brillo que otorga la mezcla entre culturas, entre lo oriental y lo occidental, a medio camino entre el viejo Imperio Austrohúngaro y el Imperio Otomano.
Una ciudad prodigiosamente conservada y, tal vez, uno de los lugares donde se puede disfrutar de la mejor gastronomía dentro de España.
Hay vida en Italia más allá de Roma, Florencia o Venecia y Turín es una ciudad que tiene algo más que la legendaria FIAT. Pastelerías donde disfrutar del chocolate, un bonito paisaje urbano, excelentes restaurantes y la autenticidad de una urbe que, de momento, no ha sido invadida por las masas turísticas.
A orillas del río Mondego, una ciudad tranquila, donde dejar pasar las horas simplemente paseando.
Un buen destino para Navidades pero también para visitar en cualquier otra fecha. La capital eslovena tiene el encanto de las viejas ciudades europeas y resulta muy poco conocida entre los viajeros.
El principal puerto polaco. Absolutamente espectacular.