Destinos ideales para vivir un otoño mágico
En términos llanos, esta estación es un periodo meteorológico de transición hacia el invierno, en el que los días duran menos y los cielos se pintan de tonos grisáceos. En lo profundo, invita a la contemplación de los matices amarillos, marrones y rojizos tanto en los árboles como en los suelos por el follaje caído, y, asimismo, a la reflexión melancólica por encontrarnos cerca del cierre del año, y en la cosecha, en lo literal y en lo figurativo, del fruto sembrado.
Embelésate con paisajes de ciudades que cobijan con encanto esta temporada de entretiempo, en el que el clima es opuesto al de la primavera, y suave tránsito hacia el frío invierno. Recuerda, en el hemisferio norte del planeta, el Otoño abarca de septiembre a noviembre, mientras que en el sur, de marzo a mayo.
Jamás será equívoco visitar La Ciudad de la Luz en cualquier época del año, pero en ésta es que toma mayor sentido el romanticismo que evoca, con los tonos ocre que iluminan el paisaje urbano y que invitan a tomar asiento en sus cafés al aire libre para contemplar el ir y venir de la vida misma. En esta estación, dar un paseo por sus parques, jardines y, qué decir, Campos Elíseos es pisar otra dimensión.
Río Sena por el Jardín de las Tullerías, Jardín de Luxemburgo (foto), Parque Monceau, Campos Elíseos, cafés y bistrós, y, por supuesto, la Torre Eiffel y Notre Dame, que lucen enmarcadas por pinceladas en colores otoñales.
Incomparables son los tonos rojos, naranjas y amarillos que esta ciudad ofrece disfrutar en esta temporada del año, mucho por los arces, cuyas hojas con tonos rojizos intensos son tan protagonistas como las de los cerezos en flor en primavera.
La capital del país nipón es otro de los puntos que tienes que visitar si de deleitar el ojo humano con admirables tonalidades ocres, rojizas y naranjas se trata. Parques como Inokashira (foto), Shinjuku Gyoen y el parque Ueno son sitios imperdibles por presenciar.
Si visitas Japón, no puedes irte sin admirar el Monte Fiji en naturaleza plena, enmarcado por colores rojizos, cobrizos y más otoñales. Entre otros lugares están el puente Togetsu-kyō, con el bosque de bambú de la montaña que lo enmarca, Arashiyama, y los templos Tofukuji y Kiyomizu-dera.
Con el Otoño llegan las cosechas, y en esta región, además de deleitar la vista, puedes consentir también tu paladar, pues es temporada de cosecha, y, con ello, de vendimias y de fiestas gastronómicas. Además, sin el calor de verano es placentero realizar caminatas y comer al aire libre.
Florencia, Siena y San Gimignano (foto), pues ofrecen gran experiencia cultural por su historia y por su arquitectura, aunado a ello, están los paisajes otoñales.
Sin duda, ésta es una de las mejores épocas para visitar el sur de esta nación, por los paisajes que parecieran haber sido sacados de óleos de los más afamados artistas plásticos. Los amantes de hacer senderismo y ciclismo pueden disfrutar de caminatas en el Parque Nacional Berchtesgaden. Por otra parte, el Valle Superior del Medio Rin, la ciudad de Heidelberg y Berlín son puntos a explorar con la garantía de que se respirará el ambiente otoñal.
Selva Negra, los históricos castillos, como el Neuschwanstein, y los lagos, como el Tegernsee.
Un espectáculo natural son las montañas y las áreas de los lagos que lucen en tonos dorado, bronce y carmesí. Los pueblos y los paisajes de la Isla de Skye brindan una mágica perspectiva otoñal. Los mercados, festivales y diversos actos culturales suman encanto a la localidad.
Caminata por el casco antiguo medieval, el Parque Nacional Cairngorms, Tierras Altas, el paseo hasta Arthur's Seat y el Real Jardín Botánico.
Mucho encanto tiene para ofrecer este país con sus bosques vastos. Tanto cultura, por su temporada de festivales, como paisajes otoñales puedes hallar en Montreal y Quebec. Asombro por sus bellos paisajes es lo que tienes asegurado si las visitas durante esta estación.
Para admirar matices naranjas inigualables, visita el Monte Royal en Montreal. En Quebec no dejes de acudir a parques como el Mont-Tremblant y el Nacional de la Jacques-Cartier.
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Imperdible en sí mismo es el Lago Louise, el cual está enmarcado por montañas rocosas en el Parque Nacional Banff. En éste podrás hacer también senderismo y deleitar tu pupila con los hermosos paisajes que hallarás. No pierdas de vista visitar Upper Banff Hot Springs y Banff Legacy Trail, donde, en un tramo de 22 kilómetros, hallarás miradores y un sinnúmero de lugares para hacer picnic.
Esta ciudad, que es una de las más antiguas de este país, alberga en esta temporada del año paisajes únicos e inigualables con sus tonos naranjas, amarillos y ocres que se reflejan en lagos, creando instantáneas de cualquier espacio que se admire.
Visita el Boston Public Garden, donde te maravillarás por el paisaje.
Ésta es otra de las regiones del país de América del Norte que regala paisajes que parecieran sacados de óleos. Los bosques de Main, Vermont y New Hampshire brindan tonalidades que a más de uno dejan sin aliento.
Realiza actividades al aire libre para que disfrutes del clima y de los matices otoñales.