La operación de nariz que acabó con la carrera de Jennifer Grey, protagonista de 'Dirty Dancing'

Hablar de Jennifer Grey es hablar de un icono eterno de los años 80. Por momentos, fue la mujer más deseada y envidiada del mundo, tras rodar 'Dirty Dancing' con Patrick Swayze pero su estrella se apagó rápidamente.

Y el motivo de esa caída en picado fue, aunque suene extraño, una operación de nariz que la hizo desaparecer por completo para los grandes proyectos. Obviamente, hasta llegar a quirófano, pasaron muchas cosas en la vida de la actriz que merecen ser contadas.

Es más, incluso antes de llegar a 'Dirty Dancing' ('Baile caliente' / 'Bailando suave' / 'El baile atrevido'), conviene saber que Jennifer Grey (Nueva York, 1960) era hija de padres actores: Joel Grey y Jo Wilder.

Nacida en Nueva York, la propia Jennifer Grey cuenta en sus memorias ('Out of the Corner') que su adolescencia estuvo marcada por excesos de los que no está demasiado orgullosa. Era el Nueva York de los 70, quizás el momento y la ciudad más excesiva de la historia.

No fue hasta los 19 años cuando hizo su debut como actriz. Como otros muchos rostros conocidos de Hollywood, la publicidad le dio su primera oportunidad y así rodó un anuncio de Dr. Pepper.

Tendría que esperar cuatro años para recibir su primer papel. En 1984 daría vida a Cathy Bennario en 'Rebeldes Temerarios' ('Reckless'), protagonizada por Aidan Quinn y Daryl Hannah y dirigida por Chris Columbus. No está mal para ser su primer papel.

Desde ese momento, Jennifer Grey no dejaría de hacer cine, con títulos como 'Cotton Club' de Francis Ford Coppola o 'Amanecer Rojo' ('Red Dawn' / 'Los Jóvenes Defensores'),  dirigida por John Milius.

Especial relevancia para su vida tuvo 'Todo en un Día' ('Ferris Bueller's Day Off' / 'Un experto en diversión', 1986) de John Hughes, donde conoció a Matthew Broderick, con quien comenzaría una larga relación de pareja.

La pareja comenzó a salir en secreto y así mantuvieron su relación, durante más de un año. De hecho, Jennifer Grey rodó 'Dirty Dancing', sin que nadie supiera que era pareja de Matthew Broderick.

Frances Houseman, Baby para los amigos, fue el personaje que, en 1987, elevó a la actriz a categoría de estrella. La química entre su personaje y Johnny Castle, interpretado por Patrick Swayze, era puro fuego y la historia, un romance musical, arrasó en todo el mundo.

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'Dirty Dancing' costó 6 millones de dólares y recaudó 216 millones de dólares en todo el mundo. Por no hablar de su banda sonora, una de las más vendidas de la historia.

Pero no fue oro todo lo que relucía. La relación entre Patrick Swayze y Jennifer Grey fue muy tensa y la culpa, según contó el actor en su biografía ('The Time of my Life') fue de la actitud infantil de su compañera cuando había que repetir tomas.

Finalmente, la película quedó perfecta y su estreno estaba previsto para el 21 de agosto de 1987, pero el destino quiso que varios días antes, el 5 de agosto, Jennifer Grey sufriera un fatal accidente de coche con Matthew Broderick.

La pareja estaba en Irlanda del Norte, cuando el BMW que el actor conducía invadió el carril contrario y chocó con otro vehículo de frente. A consecuencia, Margaret Doherty (63 años) y su hija, Anna Gallagher (28 años) fallecieron.

Jennifer Grey, como narra en sus memorias, quedó marcada y la culpa le impidió disfrutar de la fama (en la foto, junto a una admirada Madonna) que le dio 'Dirty Dancing'. Además, la prensa se enteró que mantenía una relación con Matthew Broderick.

A nivel laboral, la actriz optó por tomarse un descanso que, unido al accidente, hizo que los estudios no se avalanzaran sobre ella para ofrecerle papelazos, como apuntaba todo en aquel momento.

La falta de propuestas y guiones agudizó más el estado mental de Jennifer Grey quien, finalmente, decidió hacer caso a su madre, quien le había insistido durante años que se operara "esa nariz de judía", como señala en sus memorias.

Además, tenía un problema en la nariz que le permitía tan sólo respirar al 20% de su capacidad, por lo que la operación iba a solucionar un problema de salud real y un problema estético que jamás se había planteado pero que ahora veía como una solución.

Y se operó. Y la nariz quedó a gusto de Jennifer Grey, hasta que un día notó un trozo de cartílago en la punta de la nariz. Había que volver a pasar por quirófano pero quería mantener su aspecto. Además, en ese momento, estaba rodando 'La Fuerza del Viento' ('Wind', 1992), y no podía cambiar de aspecto de un día para otro.

Y cambió. Y toda su realidad cambió para siempre. "No entendía lo que estaba viendo. No me reconocía en el espejo", reconoce en sus memorias. "Fue como entrar en un programa de protección de testigos".

Obviamente, si ella no se reconocía, el resto del mundo tampoco lo hacía. Ni siquiera los familiares o amigos más cercanos de la familia, como por ejemplo Michael Douglas.

"Era un crimen imperdonable: me había despojado de forma deliberada, de lo único que me hacía especial", señala en sus memorias.

A pesar de todo, Jennifer Grey aún tuvo algunos papeles protagonistas como en 'Retrato de Inocencia' ('Portraits of a Killer', 1996), en la serie 'Matando el Tiempo' ('It's Like, You Know..., 1999-2001) o un cameo en 'Friends' (en la foto, con Matt LeBlanc) pero su estrella se había apagado.

Jennifer Grey había pasado de ser Baby, la novia con la que América soñaba, a una desconocida con propuestas para trabajos menores. Y el siglo XXI no mejoró demasiado en lo laboral, aunque tuvo cameos en series como 'House' ('House MD') o 'Anatomía de Grey' ('Grey's Anatomy).

Su primer papel de relevancia en este siglo llegó de la mano de Amazon Prime Video en la serie 'Red Oaks' (2014-2017), donde dio vida a Judy Meyers durante 21 capítulos.

Años antes, en 2010, se había dado el lujo de ganar la temporada 11 de 'Dancing with the Stars' haciendo pareja de baile con Derek Hough.

Dos años más tarde, volvería a un papel protagónico con 'Bittersweet Symphony', junto a Suki Waterhouse y Poppy Delevingne pero la película pasó sin pena ni gloria por el mundo.

Eso sí, donde más activa está Jennifer Grey es en redes sociales, donde comparte, de forma habitual, fotos suyas pre operación, en las que se puede ver claramente el cambio que produjo la segunda intervención.

Foto: Instagram (@jennifergrey)

Si Marvel no tuviera problemas en salirse del mundo superhéroes, debería dedicar un capítulo de su serie 'What if...?' a qué hubiera pasado y dónde habría llegado Jennifer Grey sin haberse operado. Aunque eso jamás lo sabremos.

Si has usado estos aparatos tecnológicos, es que tienes una edad