La vida (no tan rosa) de Julie Andrews
Así comienza Julie Andrews su autobiografía de 2008, “Home: A Memoir of My Early Years”, coescrita con su hija Emma Hamilton. En ella, la actriz ofrece un vistazo a su fascinante vida y secretos familiares que permanecieron ocultos durante mucho tiempo, mismos que comparte Vanity Fair. Recordamos la trayectoria de Julie Andrews en conmemoración del 60º aniversario del estreno de “Mary Poppins”.
Julia Elizabeth Wells nació el 1 de octubre de 1935 en el pueblo de Walton-on-Thames, a orillas del río Támesis. Su padre, Edward Charles Wells, un profesor amable y paciente, fue su pilar. Sus relatos sobre sus paseos por el campo son conmovedores: "Nos trataba a mis hermanos y a mí como a sus queridos compañeros. En contraste, su madre, Barbara, trataba a Andrews con indiferencia.
Concertista de piano de gran talento, la madre de Andrews pasaba largas temporadas de gira por Inglaterra con el cantante Ted Andrews. Su relación se volvió escandalosa y la joven Julie se quedó con su padre. Pero Julie se mudó con ellos durante los bombardeos, al Londres "negro" y mugriento de la Segunda Guerra Mundial, pero también destaca aspectos positivos, como el hecho de que su padrastro entretenía a los aterrorizados londinenses durante los ataques aéreos. Además, él comenzó a enseñarle a cantar.
Su belleza y talento eran tales, que Andrews se convirtió rápidamente en la atracción principal, como "La cantante más joven de Gran Bretaña". Según el libro de 2007 “Julie Andrews: An Intimate Biography”, de Richard Stirling. "Julie tenía los pies en la tierra, era muy divertida y estaba decidida a convertirse en una estrella"
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A los 13 años, Andrews ya sostenía a su familia y seguía el consejo de su profesor de canto: "El aficionado trabaja hasta que puede hacerlo bien. El profesional trabaja hasta que no puede equivocarse". "Me evaluaba según lo bien que cantaba cada noche, llevando un cuaderno donde anotaba 'X' para excelente o 'Bastante bien' o 'TERRIBLE'".
A menudo, Andrews intentaba consolar a sus hermanos pequeños y a su madre después de una pelea. El escenógrafo Tony Walton, su primer marido, le dijo a Stirling que los diarios de Andrews estaban "repletos de imágenes fantasiosas de la hermosa vida que había tenido, cuando en realidad había sido bastante sórdida".
Una noche, después de besarla, le dio una inquietante explicación: “Tengo que enseñarte a besar como es debido”. La ingeniosa Andrews lo comentó con su tía, y al día siguiente su tío instaló un cerrojo en su habitación, pero encontraba consuelo en las visitas a su padre y su nueva familia.
Cuando Andrews tenía 14 años, su madre la llevó a una fiesta y le pidió que cantara. Tras su actuación, fue abordada por un hombre "carnalmente guapo", por el que sintió una conexión. Al final de la noche, su madre le dijo que ese hombre era su padre".
A pesar de su traumática infancia y adolescencia, debutó en Broadway en 1954 en “The Boyfriend” y alcanzó la fama en 1956 al interpretar a Eliza Doolittle en “My Fair Lady” (“Mi bella dama” en España e Hispanoamérica) junto al difícil Rex Harrison, quien al principio se mostró desdeñoso pero acabó apreciando a la diligente Andrews.
Aunque Andrews adoptó una actitud diplomática, Hepburn le confesó: "Julie, deberías haber hecho el papel... pero no tuve el valor de rechazarlo".
Andrews comparte con entusiasmo su discurso al ganar el Globo de Oro por el mayor éxito de Disney de 1964: "Por último, agradezco a un hombre que hizo una película maravillosa... el Sr. Jack Warner". Por esta película, también ganó el Oscar.
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“The Sound of Music” (“Sonrisas y lágrimas” en España / “La novicia rebelde en Hispanoamérica”) fue su catapulta al estrellato. Sin embargo, la felicidad no fue completa, ya que Andrews admitió que se sintió abrumada cuando su primer matrimonio, con Tony Walton, se vino abajo.
Durante las consultas por la separación con Walton, se dio cuenta de que era una persona que complacía a la gente y que necesitaba empezar a vivir por sí misma.
La pareja se casó en 1969 y tuvieron multiples proyectos profesionales compartidos, como “S.O.B” (“Sois honrados bandidos, en España) “10” (“10, la mujer perfecta” en España e Hispanoamérica); “Victor Victoria” (“¿Víctor o Victoria?” en España / “Víctor/Victoria” en Hispanoamérica) y su familia mixta (con hijos de matrimonios anteriores y dos niñas adoptadas en Vietnam) parecen haber consumido la vida de Andrews, que repitió los caóticos patrones de su infancia, hasta que Edwards falleció en 2010 después de un interminable ciclo de abuso de sustancias, hipocondría y depresión.
En ambos libros, Andrews se presenta como una ama de casa que atiende constantemente hogares dispersos, padres ancianos, hermanos caprichosos e hijos salvajes, y que además es una leyenda viva: "Siempre está ahí para leer un cuento antes de dormir o para dar un paseo tranquilo".
Escrita y dirigida por Blake Edwards y protagonizada por Julie como la sufrida y famosa esposa de un hombre con problemas, no hacía más que parafrasear a su vida real. Esperamos que salga a la luz un tercer libro de memorias, ya que Andrews, que cumplirá 89 años en octubre. Todavía tiene muchas cosas que contarnos, como su resurgimiento profesional como narradora del éxito de Netflix “Bridgerton”, o la devastadora pérdida de su inolvidable voz de cantante tras una operación fallida en 1997.