Las mascotas más indicadas para personas alérgicas
Los gatos se llevan la peor fama en cuanto a provocar alergias pero hay otras mascotas que también dan problemas a este respecto. En todo caso ¿cuáles son las especies de compañía que menos alergias provocan? Pues, por ejemplo, el tipo de gato inmortalizado en la imagen, cuya raza desvelaremos más adelante.
Las mascotas más comunes son sin duda los perros y los gatos. Nos han acompañado durante milenios y son ya miembros de la familia. Pero también son, por desgracia, de las mascotas más dadas a provocar alergias.
A menudo se tiende a pensar que tenemos alergia al pelo de nuestros animales, pero esto no es totalmente así. La verdad es que la producen los alérgenos, es decir, unas proteínas que se encuentran, por ejemplo, en las glándulas sebáceas, en la saliva, en la orina o en la caspa de nuestras mascotas. Estas partículas quedan flotando en el aire y al ser inhaladas, se produce una reacción inmunológica de hipersensibilidad con síntomas como picor de ojos y lagrimeo, estornudos o ronchas en la piel.
Hay razas con pelo, como el yorkshire terrier, que son indicadas para personas alérgicas. ¿La razón? Producen poca caspa o pierden poco pelo (y en consecuencia hay menos probabilidad de propagar los alérgenos).
Otras razas de canes que también son indicadas para personas con alergia leve o moderada son el galgo italiano, el bichón maltés o el terrier americano sin pelo.
Con los gatos, los otros reyes de la casa, pasa más o menos lo mismo. Las proteínas conocidas como Fel D1, el principal alérgeno de los felinos, se acumulan en su pelo después de que estos se laman para asearse. Tras ello, el pelaje se va esparciendo por el hogar y provoca las reacciones en los alérgicos. No obstante, hay razas que o, bien no se lamen tanto o bien no desprenden tanto pelo (y por tanto, menos alérgenos). Dos ejemplos son el gato siberiano (el de la imagen inicial) o el gato esfinge (en esta imagen).
Las chinchillas o conejos (especialmente de pelo corto) producen pocos alérgenos. Sí puede producir alergia el heno con el que se alimentan o los productos para su higiene. (Claro que se ha de consultar la legislación de cada país: existen ya prohibiciones para tener este tipo de animales en casa ejerciendo de mascotas).
Por motivos obvios, los peces son una muy buena opción, ya que el contacto es prácticamente mínimo. Y si nos fijamos en su comportamiento, incluso podemos descubrir que no son mascotas tan aburridas como pueda parecer a priori.
Hay que tener cuidado, eso sí, de la alergia que puede provocar el hongo de la humedad. Por lo que un buen mantenimiento de la pecera es crucial para evitar problemas posteriores.
Las aves tienen plumas, sí, pero no producen tanta alergia como los mamíferos, por lo que, en principio, pueden convertirse en una alternativa de interesante para convertirse en nuestras mascotas... Pero, ojo, lo que sí puede provocar alergia son los ácaros que albergan en sus plumas.
Otra vez hemos de llamar la atención sobre la necesidad de atender a las legislaciones locales. Cada vez son más restrictivas y sólo algunas especies (los canarios, básicamente) se admiten como mascotas. El resto, han de volar en libertad.
No podemos olvidarnos de los insectos, que presentan un mundo nuevo a descubrir, pese a la mala fama que les precede.
Al no existir prácticamente contacto, las posibilidades de que nos den alergia se reducen exponencialmente. Y presumir de tener un insecto palo como mascota, puede resultar súper innovador.
¿Y quién no ha soñado alguna vez de niño con tener una granja de hormigas? En este caso, como ocurre con los peces y sus peceras, al existir una barrera física, la ausencia de alergia está 100% garantizada.