Las mujeres más guapas del mundo... ¡con rasgos más simétricos!

Dicen que la belleza está en los ojos de quien mira y es una verdad irrefutable, pues se trata de un atributo altamente subjetivo.

En la foto, Anya Taylor-Joy.

No obstante, hay un medidor estándar de belleza que intentar medirla de forma objetiva, utilizando la proporción áurea para hacerlo.

En la foto, Taylor Swift.

En este caso, la clave es la letra griega phi (φ) que, según el escultor griego Fideas, los rostros de mayor belleza son aquellos que tienen los rasgos más simétricos.

En la foto, Bella Hadid.

Según Fideas, el rostro debe ser 1,5 veces más ancho que largo. A este rostro simétrico se suma que la anchura de la cara a la altura de los ojos debe ser idéntica.

En la foto, Margot Robbie.

Actores y actrices olvidados de los 90

Los ojos deben tener forma de almendra, la nariz debe tener unas medias del 37% de la cara de largo, 10% de ancho en la zona del puente y 25% en la base, es decir, ser delgada y pequeña.

En la foto, Beyoncé.

Y para terminar, la línea de la mandíbula debe estar poco marcada, procurando que la barbilla ocupe el 21% de la longitud del rostro.

En la foto, Zhang Ziyi.

¿Guapos o feos? Actores que nos hacen dudar

Así las cosas, Julián De Silva, el conocido doctor especialista en estética de famosos, ha concluido que en 2024 la mujer que más se amolda a estos cánones casi objetivos de belleza es Anya Taylor-Joy (en la foto), con un 98,9% de los criterios cumplidos y bordeando la belleza perfecta.

Tras ella, aparecen dos famosas como Zendaya (en la foto) y Bella Hadid, con un 94,37% y 94,35% de canon de belleza de la proporción áurea cumplido.

Dos actrices como Margot Robbie (93,43%) y Song Hye-kyo (en la foto, 92,67%) ocupan el cuarto y quinto lugar de este curioso ranking que tiene a Beyoncé (92,4%) y Taylor Swift (91,64%) en sexto y séptimo lugar.

Obviamente, es innegable que todas estas famosas son guapísimas, objetiva y subjetivamente pero, como hemos dicho al principio, la belleza está en los ojos de quien mira. Fiscalizar la belleza sería como dar apuntes a Cupido, infructuoso.

Foto: Unsplash - Alexandru Zdrobau

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