Ni lo intentes: alimentos prohibidos por la reina Isabel II
Si las paredes del palacio de Buckingham hablasen, tendrían cientos de libros para rellenar con secretos jamás contados. Pero quienes sí hablan son las personas y los que pasan por las dependencias del Palacio...
Uno de los que más ruido ha hecho ha sido Darren McGrady, quien trabajó como chef en Buckingham durante 15 años, y quien en una entrevista a 'The Telegraph' confesó las normas gastronómicas de la Familia Real inglesa y los alimentos prohibidos por la reina Isabel II.
Se trata de alimentos comunes, conocidos y muy consumidos pero, en cierto modo, todos tienen una lógica para ser vetados en Buckingham y también en los viajes oficiales fuera de Palacio.
Ni ajo, ni cebolla, ni paprika. No sólo por lo pesados que pueden llegar a ser, sino también por el aliento que pueden dejar en la monarca.
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La Reina Isabel II no quiere almidones en su dieta nocturna, por lo que la pasta está absolutamente prohibida. En su lugar, la alternativa pasa por ensaladas, pescado o pollo a la plancha, acompañado de verduras.
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Si hablamos de almidón, la patata es uno de los principales tenedores del mismo, por lo que también están retirados por completo de su dieta. Nada de patatas para cenar.
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Si vas a poner algo de carne a la Reina, procura que esté bien hecha. Nada de al punto ni, por supuesto, poco hecha.
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Dice la Reina Isabel II que los huevos marrones tienen mejor sabor que los de cáscara blanca. Teniendo en cuenta que su desayuno implica huevos, casi siempre con salmón y trufa, ya sabes que esos huevos siempre serán de cáscara marrón.
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La monarca gusta de tomar sándwiches de atún con mantequilla, atún, mayonesa, rodajas de pepino y un toque de pimienta, pero siempre con los bordes cortados. Owen Hodgson, ex chef de Palacio, confesó que "un chef me rechazó por servir los sándwiches con migajas".
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La hora del té es innegociable para Isabel II. Siempre con un poco de leche pero jamás con azúcar.
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Conocedora de las frutas de cada temporada, la reina Isabel II sólo come las frutas que toque en cada momento del año. "Intenta darle fresas en enero y dirá que no se atreve a comer fresas genéticamente modificadas", confiesa Darren McGrady a 'The Telegraph'.
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El riesgo de intoxicación alimentaria que implica el marisco, no compensa a la reina Isabel II por lo que, directamente, se prohíben en su dieta. Grant Harold, ex mayordomo real, calificó la medida de "sensata", especialmente "cuando estás fuera de casa".
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Fue el Príncipe Carlos quien prohibió el foie gras en 2008. Elaborado con hígado de pato o de ganso, el monarca alegó razones éticas de bienestar animal, pero también por el riesgo de intoxicación que puede conllevar.
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La Reina Isabel II siempre se comerá un plátano con sus manos, sino que usa tenedor y cuchillo, descartando la parte superior e inferior y pelando la cáscara con los cubiertos. No es que esté prohibido pero es complicado que se coma jamás un plátano entero.
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El riesgo de intoxicación lleva a la Familia Real a no consumir agua del grifo en ningún sitio. Es más, tampoco toman aguas minerales de marcas no conocidas, sino marcas concretas, de calidad y confianza.
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Obviamente, a pesar de las restricciones, hasta la reina Isabel II se permite algún capricho de vez en cuando. En su caso, el chocolate amargo es su pecado confeso.
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¿Excesivas medidas alimentarias? Es posible pero viniendo de alguien que nació en 1926 y sigue al pie del cañón, cada consejo es para tomarlo muy en cuenta.