Los (curiosos) objetos con los que fueron enterrados estos famosos
El sueño eterno sigue siendo uno de los grandes misterios de la humanidad. No se sabe qué hay más allá de la vida pero, por si acaso, algunos famosos se llevaron a este viaje sin retorno algunos de sus objetos más curiosos y reconocibles.
El Rey del Pop se fue de manera prematura pero lo hizo con el estilo que siempre le caracterizó: enterrado con su guante blanco, perlas y una gafas de sol.
El Rey del Reggae se fue al sueño eterno junto a su mejor amiga: su guitarra.
El genial artista fue enterrado con un pañuelo de seda cubriendo su famoso bigote que, eso sí, ante de dejarle en el ataúd, había sido colocado marcando las 10:10 horas, como a él le gustaba.
Pasó su vida agarrada a su inseparable trompeta y, como no, también la vida eterna amarrado a ella.
Lisa Marie Presley, malograda hija de Elvis, le colocó una pulsera familiar pero la escondió bajo su mano para evitar tentativas de que fuera robada por los fans que visitaban su tumba.
La Voz se fue al más allá acompañado de dos de sus grandes amigos en vida: una botella de Jack Daniels y una cajetilla de Camel.
Jackie Kennedy quiso que su marido pasara la vida eterna con el sello presidencial que ella misma le había regalado, así como sus dos gemelos de oro favoritos.
Casi hubo que buscar un féretro más grande para que cupiera todo: un iPhone, las cenizas de su perro Jack, un sombrero Stetson, guantes para conducir, una bolsa con cartas y fotografías, dinero en efectivo, sus medallas, piedras que había recopilado durante sus viajes, unas gafas de sol, dos relojes y siete paquetes de Splenda, el conocido edulcorante.
Síguenos y descubre cada día contenidos que te interesan
Siempre icónico, Warhol fue enterrado junto a varios ejemplares de la revista 'Interview', que él mismo fundó, una camiseta con el logo de la revista y un frasco de 'Beautiful', un conocido perfume de Estée Lauder.
Todas las cartas que el escapista escribió a su madre, le acompañaron en el sueño eterno y colocadas a modo de almohada, como había dejado solicitado antes de morir. ¿El motivo? Descansar sobre sus recuerdos.
Su amor con Richard Burton fue más allá de los tiempos y el actor le escribió una carta tres días antes de morir. Liz Taylor la guardó al lado de su cama hasta el día de su muerte, que se hizo enterrar con ella. Amor eterno.
El cómico quiso dejar su sello, incluso tras su muerte, pidiendo que le enterraran con 100 dólares en billetes pequeños, por si tenía que dar propina en el Más Allá.
Detalles impactantes de las autopsias de celebridades
Lauren Bacall decía que Humphrey Bogart sabía cómo silbar y le regaló un silbato de oro que, tras su muerte, depositó en su ataúd mientras decía: "si necesitas algo, solo silba".
El gran autor se llevó al más allá sus lápices HB con los que escribía sus historias, pero también varios tacos de billar, una sierra mecánica y una botella de vino tinto. Por si le daba sed.
El diseñador británico se quitó la vida, tras la muerte de Isabella Blow, la periodista que descubrió. El diseñador se había hecho un anillo con un mechón de pelo de su malograda amiga y pidió ser enterrado con él.
El compositor siempre viajaba con una copia de 'Alicia en el País de las Maravillas' de Lewis Carroll. Era obvio que en su viaje más largo, su libro de cabecera iría con él.
El vocalista de Lynyrd Skynyrd falleció en un terrible accidente de avión. En su ataúd, le metieron su reconocible sombrero y su caña de pescar favorita.
A Bela Lugosi le enterraron con una capa de Drácula, pero no con la que usaba en las películas, demasiado pesada, sino con la que usaba en actos públicos y eventos.
Reconocido y ávido fumador, fue enterrado con tres habanos en su bolsillo.
Una leyenda de los St. Louis Cardinals que, sin embargo, no se llevó nada relacionado con el béisbol a la tumba, sino una armónica que le guardaron en el bolsillo.
La imagen del KFC mantuvo el personaje hasta las últimas consecuencias y en su viaje al otro mundo, apareció con su famoso traje blanco.
La Faraona fue cubierta con una preciosa mantilla blanca que le había regalado una de sus grandes amigas en vida, Carmen Sevilla. Además, fue enterrada con los pies descalzos.
La última frase que dijo el escritor antes de fallecer fue: "Un Ducados, por favor", según confirmó su hermana Ana María. Así, la familia decidió que pasara la vida eterna junto a un paquete de tabaco Ducados.