Los cuentos infantiles más aterradores
Los cuentos clásicos de Hans Christian Andersen, los hermanos Grimm, o algunos otros escritores de antaño, generalmente contaban historias sórdidas que pretendían asustar a sus pequeños lectores. En nuestra época, varios de ellos fueron edulcorados, especialmente por Walt Disney, pero ¿conoces el lado macabro de estas historias? Aquí te lo contamos.
Pinocho no es esa linda historia que nos contó Disney o más recientemente, Guillermo del Toro. En la versión original, se trata de una marioneta maldita que lleva a su creador por caminos oscuros, desafiando la moralidad en un juego peligroso con consecuencias inquietantes.
Una niña se encaprincha con un par de zapatillas embrujadas. Su obsesión la hace robarlas y la obliga a bailar sin descanso, enfrentándola a una danza macabra en la que, toma la decisión de cortarse ambos pies, si no quiere morir.
En la versión original, Caperucita Roja no era rescatada por un cazador, sino que era comida por el lobo. La connotación sexual es clara, y el lobo en vez de ser una bestia salvaje la seduce gentilmente hasta que ella misma se mete en la cama.
Ariel descubre una canción de las profundidades que atrae criaturas siniestras, desafiando su deseo de explorar el mundo humano en un mar de peligros. Durante ese periplo, se enamora de un humano y ofrece su alma y su voz a una bruja del océano. Como el humano no le hace caso, se convierte en espuma, es decir, muere.
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En la versión original, el reloj que marca las 12:00 para Cenicienta es una hora maldita. Si ella no llega a tiempo desencadenará eventos terroríficos. Además, las dos hermanastras deben cortarse los talones para que les quepa la zapatilla. Al final, les arrancan los ojos las palomas.
Los hermanos se adentran en un bosque encantado donde las ilusiones que ofrece una casita hecha de dulces los seducen. En la historia original, la bruja se los come por no saber reprimir sus deseos.
En la versión original, el flautista salva al pueblo de las ratas y los pobladores deciden no pagarle. Entonces, él arrastra con su música a los niños al río, donde los obliga a entrar y ahogarse.
En la historia original, el padre de la princesa la encierra en la torre para preservarla del pecado, pero ella desea sentir eso que le prohíben, por lo que despliega su largo cabello para atraer a hombres que le muestren eso que le da tanta curiosidad.
Ricitos de Oro entra en una casa encantada por mera curiosidad y desajusta los hábitos de los osos, quienes, al ver violentada su vivienda y sus costumbras, la devoran. Los osos cambian de tamaño, desafiando su percepción de lo familiar y lo aterrador.
Alicia está atrapada en un país distorsionado, que en realidad enfrenta los propios demonios de su subconsciente, proyectando versiones alteradas de sí misma que desafian su identidad y cordura.
Esta historia llena de simbolismos macabros dista mucho de la versión edulcorada de Disney. En la historia real, se tratan temas tan oscuros como los siete pecados capitales (representados por los 7 enanos, la vanidad y la envidia. Además, ella muere.
Este libro alemán, publicado en 1845, es conocido por su contenido perturbador y mordaz. Es una colección de historias que plantean castigos ejemplares para los niños desobedientes.
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Este cuento de Neil Gaiman es conocido por su contenido perturbador y misterioso, que pudimos ver además en una película relativamente reciente, que trata temas como la manipulación, la identidad propia y las apariencias engañosas.
La primera teoría explica que los cuentos nunca fueron pensados para niños, fueron creados para el divertimento de los adultos, de ahí su contenido sórdido, aleccionador y muchas veces, sexual.
En esos tiempos no se tenían las consideraciones que en esta época se tienen con los niños: en realidad se les consideraba pequeños adultos en proceso de formación a quienes, la forma más efectiva para educar, era ocasionarles miedo a las consecuencias de sus actos.