Los templos budistas más impresionantes
Es una de las religiones mayoritarias más antiguas y con más fieles del mundo. Es por ello que, miles de años después, la huella del budismo permanece tanto en el ámbito de la cultura como en el de la arquitectura, a través de impresionantes templos como el que vemos en la imagen (Wat Rong Khun o el Templo Blanco) y otros tanto que analizamos en esta galería.
No todo lo que reluce es oro, pero en este caso sí. Todo este templo de Pha That Luang, en la ciudad de Vientiae, en Laos, está recubierto de una fina capa de oro. Fue levantado en el siglo XVI y nació de las ruinas de otro templo budista anterior. Sencillamente impresionante.
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Si viajamos a la isla de Bali, en Indonesia, una visita obligada es el templo Ulun Danu Bratan. Un templo que encontramos incluso en uno de los billetes de Indonesia. Construido en 1633, está orillas de lago Bratan y a los pies del volcán Batur, ofreciendo una imagen de postal.
En Mahabodhi (India) encontramos este templo de ladrillo, que destaca por su torre central de más de 50 metros. Se trata de un templo especial, ya que en él podemos encontrar un descendente del árbol Bodhi, la misma especie bajo la que, según el budismo, Buda alcanzó la iluminación.
Este templo de Java, de tipo estupa (que originariamente se utilizaban para guardas reliquias de Buda), es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y se estima que data de entre el siglo VIII y IX, aunque, tras la expansión del Islam, estuvo por muchos ocultos en el olvido, ocultado por la naturaleza, hasta que fue redescubierto en 1814. Se trata del mayor templo budista del mundo y es de visita obligada.
El templo de Shwedagon, la pagoda más antigua de Myanmar (la antigua Birmania), destaca por su impresionante estructura de 110 metros de altura recubierta de oro y otras piedras preciosas. Aunque los tesoros que guarda dentro (entre ellos un diamante de 76 kilates) también invitan a querer visitarlo.
Yendo hasta China, en el noreste de Pekín, está el mítico templo Yonghegong, que se trata de uno de los templos más importantes para el budismo tibetano. Es característico por combinar elementos tibetanos, de influencia mongol, con elementos chinos.
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El templo de Ta Prohm, en Angkor, Camboya, es un templo de película. Lo hemos podido ver, entre otras, en la película de Tomb Raider de 2001. Es también Patrimonio de la Humanidad y, al estar abandonado y devorado por la naturaleza, tiene un aire decadente que potencia aún más su belleza enigmática.
La estupa de Boudhanath, Katmandú (Nepal), es una de las más características por sus increíbles elementos decorativos y por la estructura cuadrangular donde están representados unos ojos abiertos que sugieren el despertar de Buda, mirando a los cuatro puntos cardinales.
Llegar hasta Paro Taktsang (Bután) no es una tarea fácil difícil, pero merece la pena. Se trata de un conjunto de templos edificados a más de 3.000 metros de altura, en la pared de un acantilado. No apto para personas con vértigo.
El monasterio Popa Taung Kalat, en Myanmar, se encuentra en la boca de un volcán. De ahí esa imagen que regala que parece sacada de un cuento. Pero para poder visitarlo hay que estar en forma, pues hay que subir nada menos que 777 escalones.
En Talilandia, en la localidad de Chiang Rai, está Wat Rong Khun o el Templo Blanco. Fue reconstruido en 1996 y ahora es una visita obligada por su estética y elementos ornamentales increíbles. Según la creencia, el puente que hay que cruzar para acceder al templo, es el mismo que Buda cruzó para predicar el dogma por primera vez.
Uno de los principales atractivos turísticos de Myanmar es sin duda la visita a los templos del valle de Bagan, la antigua capital del imperio birmano. Cerca de 4.000 templos budistas en unos 42 kilómetros cuadrados hacen las delicias de los turistas. Entre los más famosos, destaca el más grande de todos: el Dhammayangyi Pahto, construido en el siglo XII.
Dentro de los templos budistas que podemos encontrar en China, destaca el templo de Shaolin, con más de 1.500 años de antigüedad y conocido por ser el lugar de nacimiento del budismo Zen y, para muchos, también del Kungfu.
En Bangkok, capital de Tailandia, está el templo Wat Arun, que destaca por su gran torre, que se levantó en el año 1768 y se amplió en 1824 y 1851. Como curiosidad, partes del interior del templo están decoradas con conchas marinas y trozos de porcelana que pertenecieron a barcos antiguos.
El centro espiritual de Lhasa, capital del Tibet, lo hallamos en el monasterio de Jokhang, que tiene cerca de 1.400 años de antigüedad. El interior alberga la imagen de un Buda joven y es un punto de peregrinaje para los monjes, por lo que la espiritualidad se respira a cada paso.
Pinyin Tian Tan, más conocido como “El templo del cielo” fue levantado en 1420 y está plagado de combinaciones de cuadrado-tierra y círculo-cielo. Está en China, en Pekín, y en el pasado allí acudían todos los emperadores para pedir por las cosechas.
Lo característico de este templo budista de Nara, en Japón, es la gran estatua de Buda que encontramos en su interior y que es la construcción de madera más grande del mundo (siendo un 33% más pequeña que la original tras los incendios que sufrió en el pasado).