El príncipe Guillermo responde a Meghan y Harry: "No somos una familia racista"

El príncipe Guillermo, rostro público de una Casa Real británica en gran parte confinada como precaución ante el coronavirus, ha hablado. Y se ha expresado de modo rotundo cuando se le ha preguntado por las acusaciones de racismo vertidas por Meghan y Harry en su entrevista con Oprah Winfrey. Guillermo ha sido tajante: "No somos una familia racista"·

Guillermo no ha eludido responder a las preguntas de la prensa durante su visita a un centro escolar, donde ha acudido acompañado de Kate Middleton. Eso sí, según los presentes, tras el obligatorio embozo de protección anti Covid, se ha podido percibir en el príncipe Guillermo un gesto de profundo enfado mientras contestaba.

Al ser preguntado por si había hablando con su hermano, Guillermo ha contestado: "No he hablado aún con él pero lo haré". Se abre así un capítulo futuro: el de una conversación entre hermanos que habrá que ver si resuelve un conflicto familiar de enorme envergadura.

Desde la muerte de Lady Di no ha habido un momento más crítico para la monarquía británica que este que ahora vive tras las acusaciones de racismo vertidas por Meghan y Harry en su entrevista con Oprah Winfrey. Según han publicado diversos medios británicos, Isabel II no quiso responder en un primer momento pero la dimensión del escándalo forzó a que Casa Real emitiese un escueto comunicado.

El texto del comunicado es el siguiente: “La familia al completo ha mostrado su tristeza al conocer en toda su amplitud lo difíciles que resultaron los últimos años para Harry y Meghan. Los asuntos suscitados, en particular en lo relativo a la raza, son muy preocupantes. Aunque los recuerdos sobre lo ocurrido pueden diferir, nos los tomamos muy en serio y serán abordados por la familia de modo privado. Enrique, Meghan y Archie siempre serán miembros muy queridos de esta familia”.

Lo relatado por Meghan y Harry no se limita a una serie de chismes privados sino que hace tambalearse a toda una institución. El Partido Laborista ha pedido ya que se investiguen las presuntas actitudes racistas en la Casa Real británica. La opción republicana es minoritaria en Reino Unido pero el país atraviesa un tormentoso momento con BREXIT y auge secesionista en Escocia y otros territorios que puede avivar un movimiento antimonárquico. Pero ¿qué se dijo tan grave en la entrevista de la que todo el mundo habla?

Fueron dos horas de entrevista repletas de bombas informativas. Una larga confesión de Meghan y Harry con Oprah Winfrey. Una sucesión de acusaciones contra Buckingham Palace y una revelación: la pareja tendrá una niña. Futuro feliz frente a un pasado en palacio que tanto Meghan como Harry describieron como un infierno de presiones y racismo que llevaron a la actual duquesa de Sussex a caer en pensamientos suicidas.

La sonriente vida en palacio que Meghan y Harry exhibían en las fotografías oficiales fue una farsa desde el principio: la pareja relató a Oprah como se casaron tres días antes de la ceremonia oficial en el jardín de su casa. Un detalle que señala la inmensa distancia que ambos sentían de la pompa oficial tan característica de los Windsor.

Meghan Markle contó a Oprah cómo sintió que jamás fue aceptada del todo por la Casa Real británica a causa del color de su piel. Y que llegó percibir una verdadera obsesión racial: aseguró que alguien en Buckingham le dijo que sería "perjudicial" que Archie fuese "demasiado moreno".

"Ya cuando éramos novios el tema de la raza era constante y sabía que no iban a cambiar" aseguró Meghan a Oprah. Añádase que desde Casa Real a Archie se le negó el título nobiliario que suele otorgarse y también la protección por parte de la seguridad de Buckingham.

A tal punto llegó la sensación de desamparo que Meghan Markle, según contó a Oprah, tuvo pensamientos suicidas: "Sentía que ya no quería vivir" (...) Sentía vergüenza de contárselo a Harry pero también supe que si no lo hacía, me suicidaría".

Todo estaba mal para Meghan Markle en su vida dentro de palacio. Según contó a Oprah, Kate Middleton hizo que llorara en cierta ocasión. No quiso dar más detalles sobre el incidente. Sólo que luego Kate pidió perdón y  le regaló flores.

Todo esta situación derivó en la actual ruptura, que Harry no escondió a Oprah. Admitió que su padre ni le responde al teléfono. Harry dijo sentir lástima por su padre y su hermano: "Yo no sabia que estaba atrapado hasta que conocí a Meghan".

Harry admitió abiertamente a Oprah sobre su hermano: "Estamos siguiendo caminos diferentes. (...) La relación es distante en este momento pero el tiempo lo cura todo".

Harry contó que desde Casa Real les cortaron las vías de financiación y que si él y Meghan hablan con Netflix y Spotify para firmar contratos es porque tienen que ganarse la vida. Según Harry, la herencia de su madre es lo que ha permitido a la pareja huir hacia la libertad de su nueva vida en California.

Otro detalle curioso de la entrevista: el papel de Sarah Ferguson como hada buena en esta historia. Fue la única que ayudó a Meghan, que le enseñó nociones del protocolo y que, incluso, pasó una tarde con la recién llegada a palacio ensayando la reverencia que había que hacer frente a Isabel II.

Durante la entrevista se aludió de modo constante a la estrategia de Buckingham Palace para desprestigiar a Meghan Markle. De hecho, la propia Meghan asegura: "Palacio mintió sobre mí para proteger a otras personas".  Resulta evidente que la conversación con Oprah por parte de los duques de Sussex vuela por los aires todos los escasos puentes que quedasen entre Meghan y Harry y la Casa Real británica.

Queda muy lejos la estampa feliz de esta fotografía realizada con motivo del nacimiento de Archie. Era 2019 y el primer hijo de Meghan y Harry llegaba a palacio. En 2021 la pareja ha puesto un océano de por medio, rompiendo definitivamente sus lazos con la Casa Real Británica, y se suceden las acusaciones. Antes de la entrevista con Oprah, Meghan Markle fue señalada por presuntos abusos a personal de palacio.

La información la publicó The Times y relataba cómo (supuestamente) Meghan Markle sometió a bullying a personal que estaba a su servicio en el palacio de Kensington, donde comenzó a residir en 2018 tras casarse con Harry. The Times habla de acoso continuado a varios trabajadores.

En The Times se mencionaba una queja oficial por parte del personal, dos personas que renunciaron al no soportar el trato de Meghan Markle y otra más que dijo sentirse "humillada". Siempre según la versión de The Times, la queja llegó al gobierno británico a quien el príncipe Harry pidió que no investigasen el asunto y lo dejaran correr. Todo ello, por supuesto, se ocultó al público que, mientras tanto, recibía imágenes tiernas de Meghan y Harry en Kensington.

Se añadía en The Times que la conducta de Meghan Markle era impropia en otros aspectos. Se menciona el que Meghan Markle apareciese en público (en octubre de 2018) con unos pendientes regalados por el príncipe saudí Mohamed bin Salman, acusado ya entonces por Estados Unidos de haber asesinado al disidente Jamal Khashoggi. Explica The Times que Meghan, consciente de la posible polémica, pidió a su equipo de comunicación que mintiese y explicase que los pendientes no eran un regalo sino un préstamo.

Desde California han respondido Meghan y Harry con un durísimo comunicado en el que hablan de "campaña calculada basada en informaciones engañosas y dañinas". Y cargan (como es habitual en la pareja) contra la prensa: "Nos decepciona que los medios den credibilidad a este retrato difamatorio de la duquesa de Sussex".

El comunicado dio a entender que lo publicado por The Times es una filtración de Buckingham Palace poco antes de la entrevista de Meghan y Harry con Oprah Winfrey.

Según The Wall Street Journal, más de 7 millones de dólares han sido pagados por CBS por la entrevista a Meghan y Harry en a que Oprah les ha invitado a confesarse frente al mundo.

Lo cierto es que la controvertida información sobre Meghan Markle no se ha publicado en un tabloide sensacionalista sino en el muy serio y prestigioso The Times. Lo cual abona la teoría de que Casa Real está detrás de la filtración. Porque, según se ha escrito por parte de numerosos cronistas bien informados sobre lo que ocurre en Buckingham, hay una gran irritación con Meghan y Harry.

Mientras Felipe de Edimburgo, a punto de cumplir 100 años, es hospitalizado y Gran Bretaña padece la crisis del BREXIT sumada a la de la pandemia, el príncipe Guillermo es la cara visible de la corona. El único en la Familia Real con edad como para no estar confinado (su padre y su abuela se protegen del coronavirus) y ahora absolutamente solo. Según algunas crónicas, se siente traicionado por su hermano, que ha elegido este crítico momento para anunciar que deja todas sus obligaciones de príncipe.

Meghan Markle no estaba hecha para una vida de princesa y jamás se adaptó a las normas de la Casa Real. En el libro 'Finding Freedom: Harry, Meghan and the Making of a Modern Royal Family' de Omid Scobie y Carolyn Durand, se asegura que detrás de las sonrisas que Kate Middleton y Meghan Markle compartían para la foto había una relación imposible. Kate Middleton siempre sintió que Meghan provenía de un planeta diferente. Quizá por clasismo (y siempre según el citado libro) la duquesa de Cambridge no se molestó en establecer una mínima amistad con Meghan.

Un ejemplo de cómo Kate Middleton obviaba a Meghan Markle se menciona en 'Finding Freedom: Harry, Meghan and the Making of a Modern Royal Family'. Al parecer, en cierta ocasión ambas princesas planearon ir de compras a un mismo establecimiento. Meghan creyó que irían juntas pero Kate tomó su coche y fue por su cuenta, dejando a Meghan sola y sorprendida.

En realidad, desde que Meghan y Harry se fueron a California todo está lleno de sugerencias en sus declaraciones sobre lo imposible que era la vida en palacio para ellos. Se ha publicado que el príncipe Guillermo trató de hacerles la existencia más plácida, que él quería a Harry a su lado. Pero no pudo ser. Meghan y Harry partieron a California y dejaron atrás sus obligaciones reales.

Se produce de esta manera una dolorosa ruptura. Guillermo y Harry se han mantenido muy unidos durante su infancia y juventud. La pérdida de su madre fortaleció sus lazos. La complejidad de la vida en la edad adulta ha roto esa unión.

La distancia entre Guillermo y Harry es la que hay entre quien ha decidido asumir el peso de la corona y el hermano que ha optado por llevar una vida libre.

Meghan y Harry se han instalado en California, allí tendrán a su segundo hijo (que será 100% estadounidense) y tienen sus propios planes, cosa que irrita a Buckingham: "No se puede ser príncipe y participar en una serie de Netflix". Pero, sí, Netflix es una de las compañías con la que los duques de Sussex tienen contrato para futuros proyectos.

Y luego está la batalla de Meghan y Harry contra la prensa británica. Buckingham siempre se ha resignado a soportar los excesos de los tabloides pero Meghan y Harry, mediante varias demandas que siguen su curso actualmente, piden miles de libras en indemnizaciones y rectificación en primera página.

Quizá por esas demandas la prensa británica no tiene a Meghan y Harry entre sus preferidos. La abundancia de titulares negativos y su fuga a Estados Unidos han deteriorado la imagen de los duques de Sussex en Gran Bretaña.

Metafóricamente hablando (aunque no tanto) Meghan y Harry son, hoy por hoy, una especie de príncipes destronados.

Otro detalle que revela el extremo alejamiento entre Buckingham y los duques de Sussex es el hecho de que Harry no haya ido a visitar a su abuelo Felipe, hospitalizado de gravedad y operado del corazón.

También se ha resentido profundamente la relación que Isabel II tenía con su nieto. Conversaron cuando Harry decidió irse a vivir a Estados Unidos y la reina le dijo que le hubiera querido cerca pero que, en todo caso, era su vida. Sin embargo, a Isabel II le dolió enterarse por la prensa de la entrevista con Oprah Winfrey cuando, al parecer, acababa de mantener una charla telefónica con su nieto en la que este no le dijo nada al respecto.

La guerra ha sido declarada y no hay ya ocultamiento que valga. Buckingham no quiere que la opinión pública sólo tenga la versión de Meghan y Harry. Al príncipe Guillermo le tocará decidir si está dispuesto a un enfrentamiento abierto con su hermano. Ya se verá.

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