Los verdaderos motivos detrás del asesinato de John Lennon
Incluso más de 40 años después, el asesinato de John Lennon sigue siendo un tema lleno de especulaciones y diversas interpretaciones. Los motivos detrás de los disparos contra el cantante aún son un misterio.
El crimen tuvo lugar el 8 de diciembre de 1980, frente a la casa del Beatle, en Nueva York. Mark Chapman, que entonces tenía 25 años, sacó un revólver y le disparó cinco veces al artista. Cuatro disparos alcanzaron a Lennon, quien, según la BBC, llegó muerto al hospital.
Chapman pasó 3 meses planeando el crimen. El fatídico día, se dirigió a la puerta del edificio Dakota, donde vivía Lennon, y pasó horas hablando con los fans y el portero.
Alrededor de las cinco de la tarde, Lennon y su pareja, Yoko Ono, salieron de la casa y Chapman le pidió a Lennon que le autografiara una copia del álbum 'Double Fantasy'.
En la foto, David Bowie, Yoko Ono y John Lennon.
Alrededor de las 10:50 pm, mientras John Lennon y Yoko caminaban de regreso al edificio, Chapman (en la foto) le disparó al cantante. El portero tomó el arma de la mano de Chapman y le preguntó si sabía lo que había hecho.
Con expresión tranquila, Chapman afirmó que estaba al tanto de todo y no intentó escapar. Se sentó en la acera a esperar a la policía, mientras leía el libro 'El guardián entre el centeno' de JD Salinger.
Antes del juicio, varios psiquiatras y psicólogos entrevistaron al criminal. La conclusión de seis expertos de la defensa fue que Chapman padecía psicosis, según la serie documental 'John Lennon: Asesinato sin juicio' (2023 - Apple TV).
Por otro lado, tres peritos del Ministerio Público le diagnosticaron trastornos de personalidad. Sin embargo, otros profesionales designados por el tribunal determinaron que estaba delirando pero que aún era capaz de enfrentarse a un jurado.
En la foto, Yoko Ono, John Lennon y el actor Matt Dillon.
En enero de 1981, la defensa de Chapman intentó argumentar su locura, pero, en un sorprendente giro de los acontecimientos, en junio del mismo año, Chapman se declaró culpable, alegando que era la voluntad de Dios.
Mark Chapman, a su vez, fue condenado a cadena perpetua. Sin embargo, su sentencia permitía la posibilidad de libertad condicional, tras 20 años de régimen cerrado.
En 2000, tuvo derecho a audiencias de libertad condicional cada dos años. A pesar de los esfuerzos, hasta el momento se han denegado todas las solicitudes y continúa encarcelado.
En la foto, John Lennon, en agosto de 1980.
Según informó Associated Press en 2022, durante una audiencia de la Junta de Libertad Condicional, Chapman admitió conocer la inmoralidad de sus acciones y confesó haber sido impulsado por una razón sorprendente.
Dijo: "No sería nadie más. No voy a culpar a nada ni a nadie por llevarme allí. Sabía lo que estaba haciendo y sabía que era malo, estaba mal, pero quería la fama, estaba dispuesto a darlo todo y quitar una vida humana".
Entre otras versiones que motivaron al asesino para lo sucedido es que Chapman, luego de considerarse un cristiano “renacido”, comenzó a aborrecer las letras de Lennon, especialmente "God", una canción de 1970, en la que el cantante asegura no creer en Jesús, ni en la Biblia, además de describir a Dios como "un concepto".
Otra declaración que contradecía a Chapman la dio Lennon a la periodista Maureen Cleave, en una entrevista publicada en el London Evening Standard, el 4 de marzo de 1966. Dijo: “Los Beatles son más populares que Jesucristo”.
Según el escritor Jack Jones publicó en su libro 'Let Me Take You Down: Inside the Mind of Mark David Chapman, the Man Who Killed John Lennon', aunque Lennon intentó retractarse frente a toda la prensa, Chapman se sintió extremadamente ofendido.
Chapman dijo que la declaración era una blasfemia y que no debería haber nadie más popular que el Señor Jesucristo.
La canción 'Imagine' también enfureció a Chapman. En la biografía 'John Lennon: Una vida desde el principio hasta el fin', el escritor Philip Norman cita un poderoso argumento dado por Chapman.
“Él (John Lennon) nos dijo que imagináramos que no hay posesiones (o “posesiones materiales”, en la frase “Imagina no posesiones”) y ahí estaba él, con millones de dólares, yates, granjas y mansiones, riéndose de la gente como yo, que creyó en sus mentiras, compró sus discos y basó gran parte de su vida en sus canciones”, dijo el culpable de acabar con la vida de Lennon.