La historia detrás de la icónica Samantha Fox
Hubo un tiempo en que la mera mención de su nombre, paralizaba el mundo. Un tiempo lejano pero con ecos en la actualidad. Y es que, a pesar de haber pasado 40 años, el nombre de Samantha Fox sigue siendo venerado, idolatrado e idealizado.
En el siglo XXI, ¿qué sabemos de aquella Samantha Fox? ¿Qué fue de su vida?
Nacida al noreste Londres en 1966, Samantha Fox tuvo la suerte de vivir la época dorada del pop, el merchandising y los hits pegadizos. No había más que verla cinco segundos sobre el escenario para saber que tenía todo para arrasar. Y así fue.
A los 10 años, hizo su debut en BBC Play cantando 'No Way Out'. La experiencia le gustó tanto que no dudó en comenzar a dar clases de actuación y de canto.
Cantante menuda, de formas rotundas, encadenó varios singles, a mediados de los 80, que sonaron hasta la saciedad en todo el mundo.
'Touch me' o 'Nothing's gonna stop us now' eran himnos pop que simbolizaban fiesta y desenfreno, pero también sensualidad y seducción. Además, siempre cabía la posibilidad de que la canción fuera acompañada de su videoclip, lo que significaba ver a una de las mujeres más deseadas de la época.
Por si fuera poco, desde la bella Italia apareció el némesis perfecto para Samantha Fox: Sabrina Salerno.
Esta belleza mediterránea era más alta pero igual de voluptuosa que Samantha Fox, lo que permitió a la industria crear una falsa rivalidad que encumbró a las dos artistas al Olimpo de la canción europea, con lo que ello conllevaba.
Ambas artistas acapararon portadas, decoraron paredes de talleres y carpetas de jóvenes hormonados durante años. Eran las musas de la generación que más libertad iba a tener, en todos los sentidos, de la historia.
A pesar de que su primer single, 'Touch me', no llegaría hasta 1986, cuando Samantha Fox tenía 20 años, su popularidad ya era tremenda mucho antes.
De hecho, la fama le llegaría de la mano de 'The Sun', en 1983. Este diario incluyó, durante mucho tiempo, fotos de mujeres sin ropa en su ya legendaria página 3. Esa tercera página era una lanzadera a la fama y, en muchos casos, al cajón de los juguetes rotos para muchas aspirantes a todo.
Samantha Fox debutaría en esa página 3 de 'The Sun' con tan sólo 16 años, según la leyenda (toda biografía es leyenda). Durante casi un lustro, la cantante sería una habitual de una página 3 que a punto estuvo de adoptar su propio nombre: The Fox Page.
Cuando llegó 'Touch me', Samantha Fox ya era la famosa más fotografiada y perseguida de Reino Unido, junto a Diana de Gales y Margaret Thatcher. Ése era su nivel excelso de popularidad
El single, incluido en el primer álbum de estudio de la cantante, era provocación hecha canción. Letra salvaje y descarada, estribillo pegadizo y una Samantha Fox completamente entregada siempre que tocaba actuar en directo.
Sus movimientos felinos dejaban a cualquiera que los viera con la boca abierta. Sabía lo que el público quería y estaba dispuesto a dárselo. Costaba creer que sólo tuviera 20 años viendo las habilidades que tenía en el escenario y ante las cámaras.
Obviamente, 'Touch me' fue un hit y arrasó, tanto en Reino Unido, como en Estados Unidos. Había nacido una estrella que había nacido para ser una estrella.
La canción fue número 1 en 17 países y vendió 30 millones de discos en todo el mundo.
Por aquel entonces, gente como Kylie Minogue, Jason Donovan o Rick Astley arrasaban en todo el mundo con sus canciones. Samantha Fox tenía el añadido de un físico exuberante y ningún rubor por mostrarlo.
Tal era el éxito de la británica que en 1987 y 1988 llegarían dos nuevos álbumes de estudio: 'Samantha Fox' y 'I wanna have some fun'. El tono era el mismo, chicle-pop, ritmos muy bailongos y más movimientos felinos de una artista completamente entregada a la causa.
Obviamente, cada single de Samantha Fox vino acompañado de un videoclip, para regocijo de MTV y sus millones de espectadores.
Para el anecdotario quedará la grabación de 'Nothing's gonna stop us now' en Marbella. La cantante se enamoró de la ciudad y no dudó en comprar una vivienda que, a día de hoy, sigue usando.
Fue en Marbella donde conoció al torero Rafi Camino, con quien vivió el romance más sonado de la España de fin de siglo. Un romance que, de hecho, mucha gente llegó a poner en duda. Pero fue verdad.
Curiosamente, este affaire marcó el declive paulatino de quien, por momentos, fue la estrella que más brillaba del panorama pop. De hecho, la década arranca con una dolorosa noticia: su padre, quien también era su mánager, se había quedado con un millón de libras de su hija y representada.
La demanda fue todo un escándalo, como también lo fue la sentencia, pues la cantante sólo recuperó 363.000 libras del dinero demandado.
En paralelo, su quinto álbum, 'Just One Night', confirmaba que la estrella de Samantha Fox comenzaba a apagarse. Tenía 25 años y el star system ya le había mostrado la puerta de salida.
Es más, la década de los 90 sirvió para que Samantha Fox optara a ir a Eurovisión en 1995 (quedó cuarta en la preselección), protagonizara una película de Bollywood y apareciera en los tabloides británicos, esta vez con ropa y a propósito de sus idas y venidas sentimentales con gente como Paul Stanley, componente de Kiss.
Aunque siguió dando conciertos y actuando en televisión, Samantha Fox ya era un eco glorioso de la década anterior. Algo que quedó plasmado con su sexto disco, que llegaría en 1998, siete años después que el anterior.
'21st Century Fox' abrazaba un eurodance que languidecía y que también sonaba a antiguo. Los ritmos latinos comenzaban a ser tendencia y su álbum pasó sin pena ni gloria.
A pesar de su nulo impacto, Samantha Fox aún tenía sorpresas guardadas para el nuevo siglo. De hecho, en 2003 anunció que mantenía una relación con Myra Stratton, su manager.
La pareja acabaría casándose y se mantuvieron juntas hasta que en 2015, Myra Stratton falleció por cáncer. Según ha afirmado en varias entrevistas, Myra fue el "amor de mi vida".
En lo meramente musical, Samantha Fox lanzaría su último álbum hasta la fecha en 2005. En 'Angel With an Attitude', la cantante narraba duras experiencias personales, manteniendo el toque electrónico pero con un ritmo más melancólico.
La gran sorpresa llegaría en 2010, cuando decidió recuperar a su némesis de los 80, Sabrina Salerno, y cantar a dúo el éxito de Blondie, 'Call Me'.
No fue el éxito esperado pero sí les dio para hacer una interesante gira de programas y países, demostrando que la nostalgia vende y si se mezcla con testosterona, más aún.
Su última incursión pública fue en 2017 cuando Samantha Fox publicó 'Forever', una biografía en la que desvelaba pasajes terribles que había sufrido durante toda su vida.
Malos tratos, un padre adicto o el acoso de quien fuera su ídolo David Cassidy, fueron algunos de los capítulos que conformaban un libro que debió tener más repercusión, a tenor de lo que contaba.
Desde 2016, Samantha Fox mantiene una relación con Linda Olsen. La pareja tuvo que suspender su boda, a causa de la pandemia.
A pesar de estar 'oficialmente' retirada desde 2005, en 2018 lanzó el single 'Hot Boy', que le valió para hacer una gira por toda Europa, recopilando sus grandes éxitos.
Además, pasó por 'Celebrity Big Brother 18', donde acabó en séptima posición de una edición que ganó Stephen Bear.
No es el único reality por el que ha pasado. 'Celebrity Wife Swap', 'Come Dine With Me' o 'I'm a Celebrity' también han contado con su presencia.
Además, tiene un canal oficial de Youtube donde recupera algunas de sus mejores actuaciones. Un sitio de obligada visita para nostálgicos
Sea como sea, el nombre de Samantha Fox siempre estará ligado al de los mitos que marcaron a varias generaciones, ya fuera en lo musical, ya fuera en otro aspecto.
Celebrities hackeadas: cuando el mundo vio las intimidades de las estrellas