El regreso de Demi Moore con este inesperado personaje
Con Demi Moore, la actriz, pasa algo extraño y es que cuesta pensar en tres trabajos suyos, a pesar de llevar más de 70 como actriz, en los más de 40 años que lleva en Hollywood a pleno rendimiento.
Foto: The Substance - Festival de Cannes
Es más, la sensación es que lleva varios años retirada o apartada del cine o TV, cuando la realidad es que no ha parado de trabajar.
Quizás, por tal motivo, cuando uno de sus papeles ha impactado de forma notable en quienes han podido verla, la sensación de resurgimiento ha sido casi unánime.
Y eso es lo que ha pasado con 'La Sustancia' (The Substance), el último trabajo de la siempre interesante directora francesa Coralie Fargeat, en el que Demi Moore lleva su personaje al extremo.
En esta historia, Demi Moore da vida a una presentadora de un programa de fitness quien, al cumplir 50 años, recurre a una extraña sustancia que le permite pasar a ser una versión más joven y atractiva de sí misma.
En este caso, esa versión más joven y atractiva de sí misma es Margaeret Qualley, una de las nepo baby hollywoodienses más solventes y con más talento de la actualidad.
Pero volviendo a Demi Moore, 'La Sustancia' le permite ofrecer un papel extremo, sin ataduras y con varias escenas tan complicadas e incómodas de ver que jamás se olvidan.
Sin ir más lejos, la escena en la que aplica la susodicha sustancia, que implica agujas, tubos, viales, sangre y tomas tan específicas que resulta imposible no sentir más de un escalofrío en el proceso.
Foto: The Substance - Festival de Cannes
Trágica e inesperada muerte de la actriz de 'Scary Movie' Erica Ash
Ver cómo Margaret Qualley surge de la columna vertebral de Demi Moore y repta hacia su propia existencia, entre fluidos de todo tipo, y saber que ésa no es, ni siquiera, la escena más gore de la película, deja claro el espectáculo visual que ofrece la cinta de Coralie Fargeat.
Foto: The Substance - Festival de Cannes
Todo con el trasfondo obvio de ser una película que denuncia los estereotipos que rigen la percepción de la mujer en televisión y los cánones de belleza establecidos por el escrutinio masculino, pero todo llevado a un terreno mucho más extremo del que estamos acostumbrados.
Obviamente, choca ver a Demi Moore en esa tesitura y, quizás por eso, es mucho más satisfactorio ver el terror corporal al que llega a someter a su propio personaje.
De hecho, su Elisabeth Sparkle es de esos personajes que definen una carrera, ponen en valor lo hecho anteriormente y, con el tiempo, se convierten en elementos de culto, si acaso no lo es ya.