Tripofobia o el trastorno que provoca el look de la rapera Doja Cat
Este enero de 2023 París celebró la Semana de la Moda y, como es tradición, las celebrities invitadas a los desfiles intentaron destacar poniendo especial empeño en sus estilismos. Hubo un look (el de la imagen) que provocó una epidemia de ansiedad por tripofobia. Pero ¿en qué consiste dicha fobia?
La rapera Doja Cat apareció con este vestido rojo cubierto de cristales con motivo del desfile de Schiaparelli. Para presentar la colección primavera-verano 2023, el director artístico de firma, Daniel Roseberry se inspiró en el 'Infierno' de Dante y la cantante fue el foco de todas las miradas. Aunque jamás imaginó que haría enfermar a muchas personas.
Para transformar a la cantante en una verdadera criatura de ciencia ficción, su maquilladora, Pat McGrath, tardó exactamente 4 horas y 58 minutos, según reveló. Cubrió su pelo con una película plástica y pintó su cuerpo, su cara y su cabeza con una pintura del mismo color que el vestido. Y, además, para recrear las perlas del vestido, pegó unos 30.000 cristales Swarovski rojos en el cuerpo, los brazos, la cara y el resto de su cabeza.
Y son precisamente estos pequeños cristales rojos los que han causado un problema a mucha gente: ¡tripofobia!
Las personas que padecen tripofobia tienen un miedo irracional a patrones sobre superficies irregulares o grupos de pequeños agujeros o protuberancias muy cercanos entre sí. Identificado por primera vez en 2005, este tipo de fobia es poco conocido, pero, en realidad, afecta a un 15% de la población.
La tripofobia puede manifestarse en diferentes grados según los individuos a quienes afecte. Puede causar sentimientos de ansiedad, dolores de cabeza, temblores, náuseas, escalofríos o incluso taquicardia. Y atención porque es probable que las siguientes imágenes generen ansiedad en las personas tripofóbicas...
¿Crees que alguien podría tener miedo de una flor? Las semillas que se encuentran en el centro de la flor de loto pueden causar tripofobia. Observarlas puede causar una fuerte ansiedad en personas afectadas por esta patología.
Las pequeñas burbujas formadas por la espuma de jabón también pueden causar un miedo irracional y ansiedad a las personas con tripofobia.
Para una persona que sufre tripofobia es muy difícil mirar la imagen de un panal. Además, si por casualidad a ello se le sumara la apifobia, es decir, un miedo irracional y enfermizo a las abejas, esta foto podría convertirse en la peor de sus pesadillas.
Los pequeños agujeros de una esponja son otro ejemplo de imágenes que pueden generar ansiedad y otros síntomas en los tripófobos.
Aquí hay otra imagen de auténtico terror para las personas con tripofobia en la que se pueden ver cientos de imperdibles sobre una mesa.
La corteza de los troncos de los árboles también puede ser una fuente de ansiedad para las personas con tripofobia.
Según un estudio de Tom Kupfer, investigador de psicología de la Universidad de Kent, la tripofobia genera una ansiedad exagerada vinculada a enfermedades infecciosas y parasitarias. De hecho, los síntomas de enfermedades como la viruela, la sarna, el sarampión, la rubéola o la escarlatina, por ejemplo, suelen aparecer como formas redondas en la piel, similares a los grupos de formas geométricas que provocan miedo en las personas con esta patología.
Estudios más antiguos realizados por investigadores de la Universidad de Essex indican que la tripofobia está vinculada a un reflejo de huida y protección heredado de nuestros antepasados. Los grupos de círculos podrían recordar la piel de animales venenosos y peligrosos como las serpientes.
Según otros científicos, la tripofobia proviene de la incomodidad visual. El procesamiento de patrones geométricos requeriría una gran oxigenación cerebral, pero en los tripófobos, esto provocaría fatiga visual y dolores de cabeza.
Como otras fobias, se puede curar. Hay varios métodos para superarlo. Las personas que lo padecen pueden seguir terapias cognitivo-conductuales que les confrontan con los objetos que los generan miedo y así superarlo de manera progresiva. La hipnosis también puede ser eficaz. Gracias a esta terapia, el paciente puede aprender técnicas de relajación mental que le permitirán gestionar su ansiedad. Para quien suponga un problema, la recomendación es acudir a un profesional.