La lista de los pueblos más bonitos de España
Son muchos los enclaves españoles con encanto. Y algunos merecedores de estar en la lista de los pueblos más bonitos, una relación de bellos municipios de zonas preferentemente rurales que desde 2011 realiza una asociación para promocionarlos y preservarlos. La lista crece cada año y en la imagen vemos la última localidad incorporada. Descúbrela y descubre la lista de los pueblos más bonitos de España.
Tanto la imagen anterior como esta pertenecen al bello pueblo burgalés de Puentedey, que con poco más de 50 habitantes se sitúa sobre un puente de piedra natural sobre el río Nela. Un puente que los habitantes de la zona creían ideado por Dios, de ahí su nombre: Puentedey. Hay que destacar también la iglesia románica de San Pelayo y el palacio de los Brizuela, construido entre los siglos XV y XVI.
Inolvidables vistas las que ofrece Cudillero, una villa asturiana de pescadores con sabor propio. Tiene incluso su propio dialecto: el pixueto.
La distribución sinuosa de las calles encaladas de Frigiliana, en la comarca de la Axarquía, hacen de este pueblo uno de los más bonitos del conjunto de los pueblos blancos de Málaga. Puro sur de España.
Valverde de los Arroyos, en Guadalajara, es uno de los mejores ejemplos del tipo de arquitectura conocido como arquitectura negra, caracterizada por sus casas de lajas de pizarra.
En el corazón de los Picos de Europa, norte y montaña, perteneciente al municipio asturiano de Cabrales, encontramos Bulnes, una parroquia de poco más de 30 habitantes de gran belleza y atractivo para lo más montañeros y amantes del queso.
Según dijera en su día el filósofo francés Jean-Paul Sartre, estamos ante "el más bello de los pueblos de España”. Esta localidad cántabra es un reclamo no solo por su interés arquitectónico sino porque allí se encuentran la cueva de Altamira, uno de los hallazgos artísticos más importantes de la prehistoria.
Este pueblo situado en el noreste de Tenerife destaca por lo bien conservado que está su casco histórico de los siglos XVI y XVII, que, en 1944, fue declarado Bien de Interés Cultural. Una de las joyas de las atlánticas islas Canarias.
Se trata del pueblo más alto del Valle de Arán, a 1419 metros de altitud. En Bagergue (Lleida), la naturaleza se convierte en el mejor marco de esta bonita población de casas de piedra y balcones de madera en cualquier época del año. Un resumen de la belleza de los Pirineos.
Guadalupe, en Cáceres, fue declarada Conjunto Histórico-Artístico y Patrimonio de la Humanidad en 1993. Este pueblo gira en torno al Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, que ha sido testigo de momentos tan importantes de la historia de España como la audiencia de los Reyes Católicos a Colón en la que se pactó la entrega de las carabelas con las que llegó a América en 1492.
Perfectamente mimetizado en un increíble paisaje de caliza modelado por el río Vero, en el Somantano oscense, se encuentra este impresionante pueblo que se convierte en una delicia para los senderistas, los amantes de la fotografía y la ornitología.
Castellar de la Frontera, en Cádiz, es un atractivo, además de por su castillo medieval (una fortaleza nazarí del siglo XII en torno a la cual se ha creado el pueblo), por sus casas encaladas repletas de flores y sus vistas a un verdadero paraíso natural.
Entre los pueblos más bonitos de Mallorca (y de España) encontramos sin duda a Fornalutx, en la sierra de Tramuntana. ¿Que nos espera? Calles y casas de piedra que nos trasladan a otra época.
Beget, en Girona, con una veintena de habitantes, parece un pueblo de cuento. Se encuentra en la Alta Garrotxa y de visita obligada es la Iglesia de Sant Cristòfol de Beget (s.X-XIII). La Cataluña profunda y espiritual.
Hay que viajar hasta Almería para disfrutar de Mojácar, un auténtico oasis de tranquilas casas blancas y 17 kilómetros de playas y calas de aguas cristalinas.
La singular belleza de este pueblo madrileño le ha hecho convertirse en escenario de películas como 'La vuelta al mundo en 80 días' (1956), 'El fabuloso mundo del circo' (1964), 'Campanadas a medianoche' (1965) o 'Una historia inmortal' (1968). Destaca su plaza mayor porticada, con 234 balcones pintados de color verde, que en el pasado sirvió, entre otras cosas, como coso taurino.
Agulo, en la isla canaria de La Gomera, es un perfecto mirador al océano Atlántico, con la isla de Tenerife y el volcán Teide de fondo.
El pueblo de Molinaseca, en la comarca leonesa del Bierzo, fue declarado Conjunto Histórico artístico en 1975. Tiene más de diez siglos de historia y pasear por sus calles es como un viaje al pasado.
En un enclave perfecto (a 10 km. de la playa de 'El Palmar', una de las más bellas de Cádiz), se encuentra Vejer de la Frontera, habitado por las más antiguas civilizaciones. La amabilidad de los autóctonos, su gastronomía (con platos típicos de la zona como el lomo en manteca) y la belleza de sus calles blancas hacen de Vejer una parada obligada.
La historia de Lerma se remonta muchos siglos atrás, pues por su localización ha estado habitada desde tiempos de los celtíberos. Pero su época de esplendor fue el siglo XVII, cuando se convirtió en villa ducal gracias a que Francisco Gómez de Sandoval-Rojas y Borja, Duque de Lerma, fue el valido de Felipe III. De aquella época son sus construcciones más significativas, como el Palacio Ducal, actual Parador de Turismo.
El pueblo del Roncal, de donde era originario el tenor Julián Gayarre (1844-1890), es la capital del valle homónimo y se encuentra en el Pirineo Navarro, a ambos lados del río Esca. Un pecado irse de allí sin probar el queso Roncal.
Mondoñedo, capital de la comarca de La Mariña Central, es heredera de un gran pasado. No en vano, posee el título de ciudad desde 1156 por concesión del rey Alfonso VII de León y fue capital de provincia hasta las reformas liberales de 1833, cuando fue integrado en la provincia de Lugo. Entre su patrimonio, destaca su catedral del siglo XIII.
La cercanía de Puebla de Sanabria con la frontera de Portugal hizo que en el siglo XII se convirtiera en una villa fortificada que ha llegado hasta hoy, al igual que el castillo de los condes de Bevanente, que en la actualidad alberga la sede de la Oficina de Turismo. Puebla de Sanabria se encuentra además en un privilegiado entorno natural, cercano a la Sierra de la Culebra, una de las poblaciones de lobos más numerosas de Europa.
Sin duda uno de los pueblos con más encanto de la mancomunidad de La Vera, en Cáceres, entre otras cosas por el agua que corre entre sus calles empedradas. En la arquitectura tradicional de este municipio, destacan sus balcones de madera y sus soportales con columnas de granito.
Paisajes de película nos ofrece la localidad mallorquina de Pollença, donde se dan la mano montañas de pinos verdes y espectaculares playas y calas de azules indescriptibles. Allí se encuentra una de las postales más repetidas de baleares: el cabo de Formentor y su faro.
Un espectacular pueblo medieval con vistas el Mediterráneo. Peñíscola conquista desde el minuto cero por su historia (testigo de la cual es su castillo Templario-Pontificio, conocido como el Castillo del Papa Luna) y por su inacabable oferta turística.
El pueblo gaditano de Grazalema es el punto más alto de la Sierra de Grazalema. Está rodeado de naturaleza, por lo que no es de extrañar que allí se encuentre la que fuera declarada como primera Reserva de la Bioesfera en España (1977) y el primer Parque Natural de Andalucía (1984).
El pueblo de Valderrobres, a orillas del río Matarraña, en la provincia aragonesa de Teruel, es un viaje a otra época. Dicha localidad de casas de piedra está construida entorno al Castillo del Arzobispo y la iglesia parroquial de Santa María la Mayor.
Su castillo califal está considerado el más antiguo de Europa. Pero por si este no fuera suficiente aliciente, Baños de la Encina es uno de los pueblos más bonitos de Jaén por los paisajes de su entorno, situado en Sierra Morena, junto al pantano de Rumblar.
Foto: Wikipedia
Genalguacil, en Málaga, en el valle del Genal, es conocido como "los jardines del visir". Un pueblo que enamora por sus calles blancas empedradas y escalonadas, plagadas de flores y plantas.
Foto: Wikipedia
La villa madrileña de Nuevo Baztán fue fundada a comienzos del siglo XVIII por Juan de Goyeneche y Gastón, quien, siguiendo las ideas del francés Jean-Baptiste Colbert, quiso crear un pequeño centro industrial a las afueras de Madrid. Parada obligada es el Palacio-Iglesia de Goyeneche, construido por José Benito de Churriguera, que junto a la iglesia con la que comparte fachada, constituyen el centro del municipio.
Foto: Wikipedia
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