Tendencias alimentarias: ¿qué es el ‘brinner’ y por qué es tan popular?
Huevos revueltos o fritos, salmón, aguacate, tostadas, tocino, pavo, pero también panqueques o waffles cubiertos con mermelada. ¿Ya tienes hambre? Estos son solo algunos de los alimentos que aparecerán en tu feed de Instagram si buscas el hashtag "brinner!"
En los últimos meses, más de 100.000 publicaciones sobre brinner se han apoderado de la popular plataforma de redes sociales. Es una tendencia que ha conquistado los hábitos (y los apetitos) de la generación Z. ¿Tienes curiosidad por saber de qué se trata?
Así como el brunch combina el desayuno y el almuerzo, el brinner fusiona el desayuno y la cena. La nueva tendencia consiste en comer alimentos que normalmente se reservan para el desayuno durante la cena.
El promotor de esta nueva tendencia fue Bill Granger (en la foto), un empresario australiano que abrió en 1993 un restaurante que servía desayunos deliciosos y contundentes. Al notar que sus clientes pedían estas comidas más allá de las horas habituales de la mañana, no dudó en satisfacerlas... y así nació el brinner.
Desde Australia, esta tendencia se extendió rápidamente a Estados Unidos y, más recientemente, a Europa, ¡incluidos países como Italia! Sí, has leído bien: ahora, en contra de las estrictas tradiciones culturales, en algunos establecimientos italianos, ¡se puede pedir un capuchino después de las 11 de la mañana!
Lo que inicialmente parecía otra tendencia viral destinada a desaparecer rápidamente, continúa creciendo y extendiéndose, especialmente entre los jóvenes.
Probablemente esto se deba al ritmo acelerado que marca nuestra vida diaria. Después de un día de trabajo largo y agotador, Brinner se convierte mágicamente en una solución ideal y muy práctica.
A la hora de la cena, sabrosos muffins, panqueques con sirope de arce y waffles hacen su aparición en nuestras mesas, junto a huevos con tocino crujiente, salchichas, frijoles horneados, champiñones, salmón, tostadas francesas o un simple pan tostado.
Foto: Elle May / Unsplash
Si bien tomar un desayuno abundante para la cena puede ser placentero, a largo plazo puede representar riesgos para nuestra salud, en particular porque este sabroso hábito interfiere con las hormonas y, como resultado, con los ritmos circadianos.
Así lo confirma la nutricionista y bióloga Simona Santini en una entrevista con la publicación italiana Donna Moderna, donde explica el razonamiento: “Por la noche, el metabolismo se ralentiza, los niveles de glucagón (la hormona que se opone a la insulina) aumentan, la insulina disminuye y la hormona del crecimiento (GH) aumenta, lo que asegura procesos de limpieza, recuperación y reparación celular”.
“Al consumir un exceso de azúcar por la noche, los niveles de insulina aumentan, lo que interfiere en los ciclos circadianos naturales”, continúa la nutricionista. Esta especie de reloj biológico interno regula los niveles hormonales, el sueño y el metabolismo, por lo que es importante no alterarlo.
Esto explica por qué es preferible mantener las comidas ligeras por la noche, consumiendo cantidades moderadas de carbohidratos combinados con verduras y proteínas, evitando el exceso de azúcar.
También es importante evitar que el desayuno se haga en detrimento del desayuno. Saltarse esta comida, considerada por la mayoría de los especialistas como la más importante del día, también puede afectar negativamente a los ritmos circadianos.
Según Jamie Zeitzer, profesor de la Universidad de Stanford y miembro del equipo de sueño de Stanford Lifestyle Medicine: “Desde una perspectiva circadiana, la regularidad es clave... El sistema circadiano anticipa señales, como la ingesta de alimentos, en ciertos momentos del día y sincroniza la actividad intestinal en respuesta”.
Sin embargo, como destaca Santini, no hay que generalizar. Por ejemplo, los deportistas que entrenan por la noche tienen una mayor necesidad de consumir azúcares simples para favorecer la recuperación muscular.
Lo mismo ocurre con los trabajadores que trabajan por turnos de noche, ya que su ritmo diario es inverso al de los que trabajan durante el día y también necesitan más energía para cumplir con sus turnos.
En definitiva, si bien la salmuera es una práctica conveniente e innegablemente sabrosa, no parece ser la solución ideal para todas las cenas. Y si la usa, intente que sea saludable para poder dormir bien.