Así martirizaba Alfred Hitchcock a las protagonistas de sus películas

Hay directores a los que les gusta provocar a sus actores para obtener reacciones viscerales
Janet Leigh en “Psyco” (
Tippi Hedren en “The Birds” (
Tippi Hedren en “Marnie” (“Marnie la Ladrona” - 1964)
Joan Fontaine en
Grace Kelly en “Rear Window” (
Kim Novak en “Vertigo” (
Barbara Leigh-Hunt en “Frenzy” (
Grace Kelly en “Dial M for Murder” (“Crimen perfecto” / “Con M de muerte” / “La llamada fatal” - 1954)
Ingrid Bergman en “Notorious” (“Encadenados” / “Tuyo es mi corazón” - 1946)
Joan Fontaine en “Suspicion” (“Sospecha” / “La sospecha” - 1941)
John Dall y Farley Granger en “Rope” (“La soga” / “Festín diabólico” - 1948)
Hay directores a los que les gusta provocar a sus actores para obtener reacciones viscerales

Según ellos, así logran actuaciones más “realistas”. Entre ellos podemos contar a Stanley Kubrick o Quentin Tarantino, pero el precursor de esta práctica que traumatizó a casi todas las actrices con las que trabajó, fue Alfred Hitchcock. Aquí algunos de sus martirios más conocidos, por los que, hoy en día, tal vez habría terminado en prisión.

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Janet Leigh en “Psyco” ("Psicosis" - 1960)

Como Marion Crane, Leigh fue realmente sorprendida en la escena del asesinato en la ducha, con lo que se logró una escena icónica y violenta, gracias a la que, Leigh confesó más tarde, no se pudo bañar en la ducha por algún tiempo.

Tippi Hedren en “The Birds” ("Los Pájaros"- 1963)

En su interpretación de Melanie, Hedren enfrentó múltiples ataques reales de aves durante el rodaje, lo que la expuso a peligros físicos reales (algunas de sus heridas lo fueron) y la traumatizó.

Tippi Hedren en “Marnie” (“Marnie la Ladrona” - 1964)

A pesar del maltrato recibido en “Los Pájaros”, Hedren decidió realizar otro filme con Hitchcok. El director se obsesionó con la actriz a quien siguió maltratando y, al no ceder a sus avances sexuales, amenazó con arruinar su trayectoria y la sometió a una escena de violación humillante. Hedren lo denunció públicamente la Asociación de Críticos de Televisión, en 2012.

Joan Fontaine en "Rebeca" (“Rebeca y Rebeca” - 1940)

Para que Fontaine pudiera expresar lo que significaba para ella ser la segunda señora de Winter, Hitchcock la sometió una constante crítica, manipulación y presión, para intensificar su inseguridad en pantalla.

Grace Kelly en “Rear Window” ("La Ventana Indiscreta" - 1954)

Grace Kelly, como Lisa, enfrentó tomas prolongadas mientras era manipulada psicológicamente por Hitchcock, ya que el miedo que expresaba en algunas escenas no le parecía auténtico.

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Kim Novak en “Vertigo” ("Vértigo" - 1958)

En su interpretación de Judy, Novak fue controlada minuciosamente por Hitchcock en su apariencia y actuación. Hitchcock también influyó en la vida personal de Novak, pues la obligó a teñirse el cabello de rubio platinado y la mantuvo alejada de otros proyectos para que se dedicara por completo a “Vértigo”.

Barbara Leigh-Hunt en “Frenzy” ("Frenesí" - 1972)

La escena gráfica del estrangulamiento de Brenda, interpretada por Barbara Leigh-Hunt, fue repetida infinidad de veces y filmada cada una de ellas con un detalle exagerado, lo que causó incomodidad, malestar y posteriormente trauma en la actriz.

Grace Kelly en “Dial M for Murder” (“Crimen perfecto” / “Con M de muerte” / “La llamada fatal” - 1954)

Grace Kelly repitió el mismo año, esta vez como Margot, y como ene el caso de Hedren, el problema se agudizó ya que enfrentó un acoso sexual más abierto. Además, Hitchcock comenzó a espiar las citas sexuales de Kelly con un telescopio y cómo la boda de la actriz con Rainiero de Mónaco lo indignó, no perdió ocasión de insultarla privada y públicamente.

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Ingrid Bergman en “Notorious” (“Encadenados” / “Tuyo es mi corazón” - 1946)

Ingrid Bergman, como Alicia, fue manipulada utilizando experiencias de su vida personal que Hitchcock conocía, para que pudiera expresar su angustia emocional y su lucha interna. La hizo filmar infinidad de veces el beso,  hasta ese momento fue el beso más largo de la historia del cine y también se obsesionó con ella.

Joan Fontaine en “Suspicion” (“Sospecha” / “La sospecha” - 1941)

Joan Fontaine, como Lina, fue instruida por Hitchcock para que su actuación fuera ambigua y sutil, e incluso llegó a abofetearla con el pretexto de que quería que su llanto fuera creíble durante la interpretación. Todo esto generó en la actriz confusión y tensión tanto durante el rodaje como en su vida personal, por lo que necesitó años de terapia.

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John Dall y Farley Granger en “Rope” (“La soga” / “Festín diabólico” - 1948)

Aunque la manipulación a sus actrices femeninas siempre fue preponderante gracias a la misoginia de Hitchcock, algunos actores masculinos tampoco se libraron de sus maltratos: John Dall y Farley Granger, fueron sometidos a tomas extensas que requerían gran esfuerzo físico y emocional, que los dejaban exhaustos.

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