La trágica vida y muerte de Rock Hudson: ¿por qué tuvo que ocultar su homosexualidad?

Rock Hudson, uno de los máximos galanes de la época dorada de Hollywood tuvo que esconder quién era realmente para lograr el triunfo, sacrificando su vida personal en el proceso.

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Roy Harold Scherer Jr., a quien ejecutivos de Hollywood le cambiaron el nombre por uno más "sexy", Rock Hudson, nació el 17 de noviembre de 1925 en Winnetka, Estados Unidos. Esta pequeña localidad de Illinois fue el escenario de un niño que creció pobre y abandonado por su padre, lo que dejó a su madre con la responsabilidad de criarlo junto a sus dos hermanas.

A los 18 años, Hudson se alistó en la Marina de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando regresó, comenzó a explorar su interés por la actuación.

En 1952, protagonizó “Magnificent Obsession” ("Sublime obsesión"), que lo catapultó a la fama y lo estableció como un verdadero galán de Hollywood. Desde ese primer momento, fue advertido de que debía mantener su homosexualidad oculta.

A lo largo de los años 50 y 60, Hudson se convirtió en una de las estrellas más taquilleras, con participaciones en películas como “Giant” ("Gigante") y "Pillow Talk" (“Confidencias de medianoche”).

En 1954, empezaron a correr en la prensa sensacionalista algunos rumores sobre la orientación sexual del actor, por lo que su agente presionó al actor a dar un «pantallazo» para acallar dichos rumores. Hudson enamoró y se casó en una boda secreta, el 9 de noviembre de 1955, con su secretaria Phyllis Gates. Willson, apenas terminó la ceremonia, corrió a informar a la prensa amarillista.

Después de dos años, Gates supo la verdad cuando un amigo le confió que Hudson le había sido infiel. En 1959, se divorció en silencio, pero escribió el libro "Mi esposo: Rock Hudson”, en el que relató un suplicio lleno de mentiras, llamadas masculinas sin sentido y accesos de violencia marital, mientras daban al mundo la apariencia de una matrimonio perfecto.

Pese a su matrimonio y a que mantenía esa imagen de hombre irresistible, Hudson mantuvo relaciones con varios hombres, pero nunca se atrevió a hacer pública su orientación sexual por temor a perder la carrera que consiguió con tanto esfuerzo.

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En los años 70, su popularidad en el cine decayó, por lo que Hudson continuó su carrera en la televisión, protagonizando series como "McMillan & Wife" (“El comisario Mcmillan y su esposa”), y actuando esporádicamente en el cine, lo que lo mantuvo en el ojo público.

En 1981, Hudson comenzó a sentirse mal y, tras varias pruebas, se enteró de que había contraído VIH/SIDA, epidemia atribuida por los medios de comunicación de ese entonces, a la promiscuidad de la comunidad homosexual, por lo que mantuvo esta información en secreto.

Al parecer, encubrió su enfermedad durante la grabación de la serie "Dynasty" ("Dinastía"), y se rumoreó que cuando Linda Evans, su compañera de trabajo, lo supo, cundió en ella la alarma porque se habían besado en una escena y en esa época no había suficiente información sobre la enfermedad ni de sus vías de contagio.

En julio de 1985, su salud se deterioró notablemente, lo que se vio reflejado en su aspecto físico lo que llevó a especulaciones en los medios sobre su estado.

Hudson anunció públicamente que tenía SIDA, convirtiéndose en la primera celebridad y gran ícono de Hollywood en hacer pública su enfermedad, que, en ese entonces, era una sentencia de muerte.

Su confesión generó una mezcla de apoyo de sus amigos, como Elizabeth Taylor, quien se convirtió en una activa defensora de la lucha contra el sida; pero también el rechazo de la opinión pública, haciéndolo blanco de paparazzis y periodistas irrespetuosos.

A pesar de recibir tratamiento, la salud de Hudson siguió deteriorándose, lo que llevó a su internación en un hospital en París. En una de sus últimas apariciones públicas, Hudson fue visto extremadamente delgado y enfermo, lo que conmocionó a sus seguidores.

Rock Hudson falleció el 2 de octubre de 1985 en Beverly Hills, California, a los 59 años. Su muerte marcó un hito en la historia del SIDA y ayudó a cambiar la percepción pública sobre la enfermedad, abriendo puertas para el activismo y la concienciación sobre los derechos LGBTQ.

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