¿Qué tipo de lunar de nacimiento es el que provocó la muerte de Patricia Rite ('MYHYV')?
La muerte de la popular Patricia Rite, conocida por su paso por 'Mujeres y Hombres y Viceversa', a los 30 años y tras diagnosticársele un cáncer metastásico detectado por un lunar que tenía desde pequeña, ha hecho que muchos y muchas se pregunten por la probabilidad de que un lunar así se vuelva maligno.
(Foto: Instagram Oficial Patricia Rite)
La joven, que comunicaba a sus seguidores el diagnóstico tras ver cómo crecía un lunar que tenía desde pequeña en la zona del abdomen, fallecía tras años de lucha el pasado 16 de abril de 2023.
(Foto: Telecinco)
Sin embargo, el suyo no es un caso común y la probabilidad de que un 'nevus congénito' (nombre médico con el que se conoce a aquellos lunares con los que hemos nacido o que aparecen en el primer año de vida de una persona) se vuelva maligno es bastante baja.
Los expertos son claros y tajantes en este sentido: "La supervivencia es mayor del 95%", apunta el jefe de sección de Dermatología del Hospital Virgen del Rocío, el doctor José Juan Pereyra-Rodríguez, a 'NIUS', siempre y cuando el lunar maligno sea "detectado" en sus "etapas iniciales".
Asegura dicho doctor en 'NIUS' que, cualquier lunar que tengamos en el cuerpo, debe ser vigilado pero, si tiene menos de dos centímetros, hay que guardar la calma.
"Tienen el mismo riesgo de degenerar en melanoma", asegura el dermatólogo, "pero la probabilidad es muy baja, de un 0,001%"
Sin embargo, los facultativos repiten que hay que controlar el tamaño, color, bordes y cambios de cualquier lunar que se tenga para, en caso de complicaciones, se puedan tomar medidas cuanto antes.
Es por ello que, desde las diferentes unidades de dermatología y oncología, se habla del 'ABCDE del melanoma', o lo que es lo mismo, qué hay que controlar en un lunar para comprobar que todo sigue correcto.
Dicho acrónimo anima a examinar nuestros lunares atendiendo a su asimetría (comprobando que no tenga formas asimétricas), su borde (haciendo especial hincapié en los bordes que fueran irregulares), en su color (si el lunar no cuenta con un color homogéneo o tiene dos o más colores hay que acudir a un especialista), el diámetro del lunar (no debe exceder de más de 6 milímetros) y su evolución (cambios tanto en tamaño como en forma, color o aspecto del mismo).
Lunares que, además de ser vigilados, deben protegerse (como el resto de nuestra piel) de factores externos como el sol.
Porque la prevención es el mejor arma que se tiene para combatir el cáncer, hay que evitar tomar el sol en exceso y, en caso de hacerlo, que sea de manera responsable.
Siempre (siempre) hay que proteger nuestra piel con protector solar y evitar las horas centrales del día para exponerse al sol.
Protectores, gorros, sombreros y prendas de ropa que bloqueen el sol son imprescindibles y más cuando tenemos un lunar.
En España se diagnostican, cada año, cerca de 80.000 casos de cáncer de piel según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica.
Por ello, vigilar nuestros lunares, protegernos del sol y acudir periódicamente al dermatólogo es algo esencial.
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