¿Cuántas veces debemos ir al baño?

Es un tema privado y no suele conversarse sobre ello abiertamente pero esta actividad fisiológica de la que vamos a hablar resulta de lo más universal. A todas y todos nos iguala. Y ¿cuántas veces hay que hacerlo? Según la ciencia, depende.

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Lo primero es decir que acudir al baño forma parte de esas necesidades fundamentales para nuestro organismo. Si ese aspecto no funciona, nuestro cuerpo sufre.

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Se trata de una forma natural de descargar desechos acumulados en el organismo, así como toxinas que, una vez evacuados, ayudan a un funcionamiento adecuado del sistema digestivo y renal.

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La pregunta que todo el mundo se hace, aunque sea en la intimidad, es cuántas veces debemos ir al baño evacuar (pero no líquido).

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La respuesta no es única, sino que depende de múltiples factores y varía en función de cada persona.

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La horquilla admitida por los expertos, y refrendada en la Revista Escandinava de Gastroenterología, en un estudio publicado en 2010, va de las tres veces diarias a las tres veces semanales.

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Sí, hay quien necesita evacuar casi cada vez que come, lo que implicaría ir al baño tres veces al día (es decir, 21 veces a la semana). Mientras que otras personas limitan sus visitas al baño a tres ocasiones semanales. Y ambas opciones son viables y perfectamente saludables.

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De hecho, en el mencionado estudio, el 98% de participantes se acoplaba a este ratio de tres veces diarias a tres semanales.

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Según este estudio, desviarse de estos patrones puede implicar problemas estomacales o intestinales. Es decir, la irregularidad: parones sin explicación o demasiadas visitas continuadas al excusado.

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Eludir la visita al baño es algo contraproducente que puede derivar en problemas que van desde el malestar, a dolencias más serias como estreñimiento o infecciones.

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Más allá de retenciones forzadas, el propio organismo es el que influye y determina las veces que una persona irá al baño a hacer deposiciones.

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Tal y como señala la doctora Sara Jarvis, directora clínica de depatientacces.com, en declaraciones a The Sun, un intestino grueso que absorba el exceso de agua puede favorecer el endurecimiento de los excrementos y hacer que estos sean más complicados de evacuar.

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Por otro lado, la edad también es un factor influyente pues el estreñimiento se asocia con el envejecimiento y con una ralentización de la velocidad del intestino, lo que limita la velocidad de los desechos hasta llegar al punto de evacuación.

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Los medicamentos, más habituales a mayor edad, también pueden influir de forma notable a la hora de ir al baño.

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La actividad o una dieta rica en fibra pueden ayudar a una evacuación más sencilla y frecuente.

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No obstante, con estar en una media entre 3 y 21 veces de ir al baño a efectuar nuestras deposiciones, todo está dentro de lo absolutamente normal.

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