Alimentos que puedes almacenar durante meses (o años)
Pandemias, desabastecimiento en supermercados, huelga de transportes... cualquier cosa puede ocurrir en un mundo como en el que nos ha tocado vivir. Es por ello necesario conocer qué alimentos pueden almacenarse (durante bastante tiempo) sin que pierdan sus cualidades.
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Durante meses (o años) almacenados en la despensa y que pueden salvar la vida en caso de circunstancias anómalas.
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La miel puede permanecer almacenada durante años y podrás consumirla sin problemas, gracias a la mínima cantidad de agua que contiene, que evita que bacterias y microorganismos proliferen en su interior.
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Es un alimento en el que no todo el mundo piensa en circunstancias adversas pero cuya fecha recomendada de consumo puede irse a meses, incluso a años, con el añadido de ser fáciles de transportar y de ser un aporte de energía extraordinario.
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Ingrediente esencial en la dieta mediterránea, también debe serlo en caso de panorama apocalíptico. Su calidad determinará si su fecha preferente de consumo se va a meses o a años, pues es su contenido en pH el que marcará este periodo de tiempo. A menor contenido de pH, más duración tendrá el aceite de oliva.
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Sésamo, chía o amapola son sólo algunos ejemplos de semillas con una gran capacidad de conservación que puede cifrarse en años, siempre que las conservemos en una zona seca, oscura y fresca y en un bote sellado herméticamente, para que las bacterias no accedan a ellas.
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Un imprescindible en el día a día de millones de personas y un alimento que, de hecho, en algunos hogares dura meses hasta que se termina, sin perder sus propiedades. Un paquete de café en polvo cerrado puede pasar el año de duración.
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La alternativa oficiosa al café es el cacao en polvo, cuya capacidad de conservación se puede ir incluso por encima del propio café. Un alimento muy recomendable para tener en casa pues con añadirle agua ya se puede consumir.
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Aceitunas, cebolletas, berenjenas o pepinillos son sólo algunos ejemplos de alimentos que, de mantener su estado de conservación original, pueden durar más de un año en la despensa.
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El arroz blanco normal puede durar cinco años sin problemas. Si lo envasamos al vacío, tal y como afirman desde el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, esa caducidad se va a 30 años.
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Independientemente de si es un alimento recomendable, la realidad es que su caducidad es calificada de indefinida, siempre que se guarde en un bote de cristal, bien cerrado, y en una zona sin humedad, seca y oscura, para que no pierda propiedades.
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La avena es el caso más paradigmático, pues no sólo tiene gran capacidad de conservación, sino que es un alimento saciante como pocos. El secreto para una conservación por encima del año es mantenerlo guardado en un recipiente hermético, en una zona fresca y seca.
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Tiene un puesto de honor entre los alimentos que pueden almacenarse durante años. De hecho, no tienen fecha de caducidad, sino fecha de consumo preferente recomendada. Así, lentejas, judías o garbanzos no deben faltar nunca en tu despensa.
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Cacahuete, anacardos, almendras, nueces... Si el bote está sin abrir, su margen de consumo puede alcanzar los cinco años. Una vez abierto, ese plazo se reduce, aunque se mantiene, holgadamente, por encima de los 9 meses. Ojo, se puede comer, pero el sabor será a rancio.
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La sal, básicamente, no caduca. Es un alimento cuya fecha de caducidad es indeterminada.
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El proceso de conservado que se hace con las verduras en escabeche permite prolongar su vida útil y consumible hasta dos años, a condición de que no se abra.
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El aliño estrella de muchas ensaladas puede llegar a durar cuatro años sin abrir. Una vez abierto, si se mantiene en su recipiente hermético, en un sitio fresco, oscuro y en el que no haya demasiado calor, su fecha de consumo puede prolongarse durante dos años.
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A temperatura ambiente, el jarabe de arce puede durar en torno a dos años. A pesar de no ser muy habitual en determinados países, es una buena opción para tener en la despensa y dejarlo almacenado, por si acaso.
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Este alimento de origen italiano está compuesto por harina de maíz y gracias a su mínimo contenido en agua, puede aguantar varios años en la despensa y seguir estando disponible.
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Las típicas latas de sardinas, mejillones o atún, por poner ejemplos comunes, tienen fechas de caducidad que pueden irse a varios años y siguen siendo consumibles, gracias al proceso de esterilización al que son sometidas.
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Dos años es el mínimo que te va a durar un paquete de pasta. Bien conservado, en lugar fresco, oscuro y sin humedad, se puede duplicar ese periodo tranquilamente.
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Mientras que la leche en brik no dura más allá de varias semanas, la leche en polvo llega fácilmente a cinco años, con el añadido de que sólo necesita mezclarla con agua para ser funcional y comestible.
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