Casi 100 años de Mel Brooks
Actor, director, productor y guionista, además de un todoterreno del séptimo arte, Mel Brooks es, sin duda, uno de los grandes maestros de la historia de la comedia. Muy cerca de convertirse en centenario, continúa al pie del cañón. Toda una vida dedicada a su pasión que bien merece ser recordada.
Fue en marzo de 2023, a pocos meses de cumplir los 97 años, cuando Brooks publicó sus memorias, tituladas ‘All About Me!’ (‘¡Todo sobre mí!’), en las que hace un interesante repaso por toda su trayectoria profesional, desde su más tierna infancia.
Mel Brooks nació en Brooklyn (Nueva York) en el seno de una familia humilde, de hijos de judíos procedentes de Alemania y Ucrania, y lo hizo en un barrio que, entonces, estaba muy lejos de estar de moda entre el movimiento hípster como lo está en la actualidad. Fue el 28 de junio de 1926 y con el nombre de Melvin James Kaminsky.
Su padre, Max Kaminsky, fallecería de tuberculosis en 1929, cuando Mel Brooks tenía apenas 2 años y su madre, Kate Kaminsky, se tuvo que hacer cargo de sus cuatro hijos (Mel y sus tres hermanos mayores: Irving, Lenny y Bernie), luchando con los escasos recursos económicos con los que contaban.
Sin embargo, Brooks nunca se ha victimizado por aquella infancia difícil. En una entrevista a Vanity Fair dijo: “La gente que viene de familias humildes siempre recalca la infancia como un momento difícil, o algo peor, pero para mí nunca hubo nada mejor que ser niño en aquella casa: de los cero a los nueve años me lo pasé bomba. (…) “Nada de eso importa si vives en una casa feliz”.
El idilio de Mel Brooks por el mundo de la actuación desde que era muy pequeño. Como cuenta en sus memorias, solía ir al cine con sus hermanos todos los sábados, y esas experiencias frente a la gran pantalla le hicieron enamorarse de todo lo que veía. Como en 1931, con 5 años, cuando fue a ver ‘Frankenstein’ con su hermano Benie, lo que le valió una buena bronca de su madre.
Ya con 9 años fue su tío Joe, un taxista que llevaba a los porteros de Broadway de regreso a Brooklyn gratis a cambio de entradas, quien le llevó a ver la obra ‘Anything Goes’ en el Teatro Alvin. Un momento que le marcó y que le aclaró las ideas: antes o después, se dedicaría al mundo del espectáculo.
Y vaya si lo haría haciendo historia con ello. Brooks debutaría en el mundo del espectáculo en los años 50, aunque no sería hasta una década después cuando comenzó a hacerse un nombre, sobre todo en el universo cinematográfico y como adalid del género de la comedia.
La comedia fue el gran refugio de Brooks e hizo de ella su forma de vida: “La comedia es algo muy poderoso. Puedes superar cualquier cosa si conservas el sentido del humor, tu capacidad de reír. Reírte es esquivar a la muerte. ¿Que si algo ha cambiado? La comedia no ha cambiado nada, en nada que sea fundamental”, le contó a Vanity Fair.
Antes de empezar su prolífica carrera, en 1944, Brooks fue reclutado por el Ejército de Estados Unidos para luchar en la Segunda Guerra Mundial. Sirvió como cabo en el Batallón de Combate de Ingenieros 1104, 78a División de Infantería, desactivando minas terrestres durante el avance de los aliados hacia la Alemania nazi.
Y fue en el Ejército donde hizo sus primeros pases como cómico, parodiando los mensajes de los nazis durante la contienda en la radio y haciendo espectáculos para los soldados. De allí, tras la guerra pasaría por clubes y resorts del Cinturón Borscht en las Montañas de Catskill, hasta que Sid Caesar lo contrató para el programa de la NBC ‘The Admiral Broadway Revue’.
Su relación con Caesar fue clave y sirvió de trampolín para iniciar una carrera en la que haría historia. Su primer trabajo para él como guionista sería desde 1950 en ‘Your Show of Shows’, junto a Carl Reiner, Neil Simon, Danny Simon y Mel Tolkin.
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Este periodo le sirvió también para hacer una gran amistad con Carl Reiner, hasta el punto que comenzaron a trabajar juntos. Y juntos sacaron adelante ya en la década de los 60 ‘El hombre de los 2000 años’ (‘The 2000 year old man’), una producción televisiva con la que consiguieron un Premio Grammy.
Brooks empezaba a consolidarse dentro del mundo del espectáculo, algo que terminó por cuajar entre 1965 y 1970, el lustro en el que se emitió una de sus creaciones más icónicas: la serie de televisión ‘Superagente 86’ (‘Get Smart’), protagonizada por Don Adams y por la que Brooks ganó nada menos que 7 Premios Emmy.
Fue sólo el comienzo, porque, tras eso, Brooks se atrevería también a probar suerte en la gran pantalla. A lo largo de sus más de 70 años de carrera en cine, teatro y televisión, ha dejado para la historia algunos de los más conocidos títulos del género de la comedia. Pero, ¿cuáles son las películas más icónicas? Veamos…
Con esta comedia protagonizada por Zero Mostel y Gene Wilder, Mel Brooks se estrenó en la gran pantalla como guionista y director. Una historia sobre un productor de Broadway en la ruina y un contable que se dedican a estafar a ancianas para financiar una malísima obra musical.
Tres años después, escribiría y dirigiría esta comedia ambientada en la Rusia de 1927 y protagonizada por Ron Moody y Frank Langella, en la que un aristócrata de tiempos del imperio que acaba como un simple administrativo en los tiempos de la URSS, buscará por todo el país las joyas de su familia escondidas en 12 sillas.
Una de las películas más recordadas del director y en la que volvió a apostar por Gene Wilder, como en su ópera prima, esta vez como protagonista junto a Peter Boyle y Marty Feldman, además de como guionista. Una cinta de “terror” realmente divertida.
Y, de nuevo mano a mano con Gene Wilder, en esta cinta nos traslada al lejano Oeste, al poblado de Rock Ridge, donde un avaricioso gobernador y su ayudante tratan de hacer la vida imposible a sus vecinos para echarlos y vender unos terrenos a una compañía de ferrocarril.
Además de director y guionista, en ‘La última locura’, Brooks probaría a ser también el protagonista, acompañado por un elenco de viejos y buenos amigos entre los que estaban Marty Feldman, Dom DeLuise o Sid Caesar, entre otros. Todo para hacer un homenaje satírico excepcional al cine mudo estadounidense.
Brooks repetía en la dirección, el guion y el papel protagonista en una historia en la que hace el papel del doctor Richard H. Thorndyke, el nuevo administrador del Instituto Psico-Neurótico para Muy Nerviosos, se encontrará con un equipo cuyos comportamientos son todo menos normales.
No se trata de un documental, sino más bien de una visión absurda y totalmente irreverente de la historia del ser humano, desde su aparición en el mundo hasta la Revolución Francesa. Cinta que también escribió y dirigió, además de protagonizarla junto a Dom DeLuise, Madeline Khan o Sid Caesar, entre otros.
Y de la tierra a surcar los cielos con una auténtica parodia de ‘La Guerra de las Galaxias’ (‘Star Wars’) de George Lucas, en la que contó para el reparto con un reparto encabezado por él mismo junto a John Candy, Rick Moranis, Bill Pullman y Daphne Zuniga.
Una de las pocas películas de Mel Brooks que no era una parodia en la que el director de una gran empresa inmobiliaria propone a algunos de sus socios una curiosa apuesta: si él no es capaz de sobrevivir durante 30 días en uno de los barrios más pobres de Los Ángeles sin un céntimo en el bolsillo, entonces perderá su puesto.
Y más locas aventuras, pero esta vez con un Robin Hood interpretado por Cary Elwes como protagonista y de nuevo parodiando otros clásicos del cine como el Robin Hood de Errol Flynn de 1938 o la versión de Kevin Costner de 1991.
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Y tras Frankenstein, Brooks quiso años después dar vida a otro rey de los monstruos como es Drácula, colocando para el papel al gran Leslie Nielsen. Una terrorífica y desternillante historia en la que el famoso conde abandona su viejo castillo de Transilvania para ir a Londres en busca de sangre fresca.
En cuanto a los premios con los que le galardonaron durante aquellos años por todos esos grandes trabajos, no se puede olvidar el Oscar a mejor guion que ganó en 1968 por su trabajo en ‘Los productores’, un galardón al que volvió a optar en 1975, esta vez con menos suerte con ‘Sillas de montar calientes’.
El final de siglo estuvo marcado también por su trabajo en la serie ‘Loco por ti’ (‘Mad About You’), de Paul Reiser y Danny Jacobson, por la que ganó tres años seguidos, entre 1997 y 1999, el Primetime Emmy como mejor actor invitado de una serie de comedia..
Todos ellos son sólo unos pocos ejemplos de la filmografía de un director que no ha dejado de trabajar con la entrada del nuevo siglo, con nuevas películas y series. También prestando su voz para numerosas producciones de animación como ‘Robots’ (2005), ‘Hotel Transilvania’ (2015 y 2018), ‘Ballerina’ (2016) o ‘Toy Story 4’ (2019).
Sin embargo, Brooks se alejó del foco y de los grandes títulos con la entrada del nuevo siglo, haciendo esa labor de doblador, con trabajos detrás de las cámaras y participando en algunas series de televisión como ‘Larry David’ (2004) o ‘The Comedians’ (2015).
El teatro ha tenido un gran protagonismo también durante estos últimos años de su carrera. Hasta el punto de que, en 2001, conseguiría ganar tres Premios Tony –a mejor musical, mejor guion de musical y mejor banda sonora- por su obra ‘The Producers, the New Mel Brooks Musical’.
Su último gran trabajo es, también, el más destacado de estos últimos 20 años: ‘La loca historia del mundo. Parte 2’ (‘History of the World: Part II’). Brooks está detrás del guion junto a Dave Stassen y como productor ejecutivo de la segunda parte (en formato serie) de su clásico de 1981, protagonizada por Johnny Knoxville, Pamela Adlon, Dove Cameron y Josh Fadem.
En lo personal, aunque estuvo casado 10 años con Florence Baum, entre 1951 y 1961, el gran amor de su vida siempre fue la actriz, Anne Bancroft, a quien perdió en junio de 2005 a los 73 años víctima de un cáncer de útero.
A Bancroft la conoció el 5 de febrero de 1961. “Quise casarme con ella al instante, cuando la vi con aquel vestido blanco. Tuve que seguirla un tiempo a todas partes, pero al final funcionó (risas). Lo malo es que en aquella época yo no tenía ni un dólar, así́ que ella me invitaba siempre a cenar”, contó Brooks en Vanity Fair.
“Anne era maravillosa, nunca dejamos de hablar como si acabáramos de conocernos y fue mi mayor apoyo cuando mi carrera aún no había arrancado”, señaló Brooks a la revista, mientras la recordaba con su particular humor: “Lo he dicho muchas veces, no ha sido fácil vivir sin ella... ni sin sus besos, ni sin sus espaguetis”.
Sin embargo, y a pesar de sus casi 100 años, la vida continúa para Mel Brooks, trabajando en su gran pasión de niño y entre buenas noticias, pues el 18 de noviembre de 2023, Brooks recibirá en Los Ángeles un premio honorífico de la Academia de Hollywood junto a la actriz Angela Basset y la editora Carol Littleton.
Ya lo dijo Mel Brooks: “El ser humano tiene el gen de la risa y si eres capaz de activar ese gen la gente no puede evitar partirse el culo, así́ que hay que seguir tratando de activarlo.¡Nunca dejes de intentarlo!”. Y, no mintió, porque él continúa haciéndolo…
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