Cómo refrescar tu casa si no tienes aire acondicionado
Hace calor y lo fácil es poner el aire acondicionado y no salir a la calle. Pero, claro, luego llega la factura de la luz y el susto es tremendo.
Es más, ¿qué pasa con quienes no tienen aire acondicionado? Para todos ellos, aquí van algunos consejos para refrescar tu casa sin necesidad de aire acondicionado.
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Cuando llega el calor, toca retirar alfombras y cambiar cortinas por visillos ligeros y en tonos claros, para que la casa esté mucho más fresca.
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Es un truco sencillo pero muy efectivo. Para incrementar el frescor del aire que pueda entrar a través de las cortinas, mójalas con un pulverizador y notarás que la cosa mejora de forma notable.
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Los estores son también una solución asequible y muy útil para repeler el calor. Si tienen la medida exacta de la ventana, serán mucho más eficientes. Lo cierto es que los hay de todas las medidas imaginables.
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A determinadas temperaturas, resulta complicado conciliar el sueño. Para mejorar esta situación, llena una bolsa de agua caliente con agua helada o con hielo picado y colócala en la cama, media hora antes de ir a dormir. Te ayudará a refrescar la zona y a dormir mejor.
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Otra alternativa para dormir mejor es usar sábanas de algodón, pues es un material que acumula menos el calor y te permitirá dormir mejor. Las sábanas de seda también son más frescas que otros materiales.
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Si vas a ventilar la casa, hazlo a primera hora de la mañana, antes de que el sol comience a apretar. La mejor forma de ventilar es crear corrientes de aire abriendo puertas o ventanas que estén enfrentadas. Por cierto, basta con ventilar 10 minutos, no hace falta dejar una hora todo abierto.
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Aprovecha la noche, cuando el ambiente refresca, para abrir ventanas y puertas y que la casa se quede más fría, pero recuerda cerrar ventanas y puertas cuando apriete el calor.
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Los aparatos electrónicos emanan mucho calor, así que conviene tener apagados todos los que puedas. Desde el ordenador a la televisión, pasando por algunas luces que dan más calor que un horno abierto. En este sentido, las luces led, que no emiten nada de calor, son las más recomendables.
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La alternativa al aire acondicionado es el ventilador. Mucho más económico, menos consumo y muy efectivo. Además, lo puedes colocar en la posición que prefieras.
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Si tu ventilador no enfría lo suficiente, coloca delante del chorro de aire un recipiente con hielo y sal gruesa, verás que el aire que emite es mucho más frío que antes.
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Los ventiladores de techo son una bendición. Fáciles de instalar y no demasiado caros, pueden darte el punto de frescor necesario para poder sobrellevar cualquier ola de calor.
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Si la temperatura es muy elevada, no pasa nada por darte una o dos duchas diarias. Además, no hace falta que sea con agua fría, basta con que el agua esté tibia para refrescarte durante un buen rato. Si la ducha es fría, el choque térmico activa tu organismo y el gasto energético, elevando la temperatura de tu cuerpo, tal y como confirma el Instituto Biológico de Salud.
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Una opción sencilla y cómoda para refrescarte pasa por meter los pies en un barreño con agua fría. Notarás que el resto de tu cuerpo asume el frescor a través de tus pies.
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Aunque te provoque sudores tremendos nada más beber, es importante hidratarse bien cuando las temperaturas son altas. Los dos litros de agua diarios se convierten en el mínimo a beber cuando el sol aprieta.
Obviamente, para estar en tu casa, la recomendación pasa por llevar ropa ligera, de algodón, y en tonos claros que no retengan el calor.
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Para dar sensación de frescor en tu hogar, limpia la casa con agua fría por la mañana. Además de tener el suelo limpio, ayudará a bajar la temperatura general de la casa.
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Si tienes que cocinar, activa la campana extractora y así evitarás que el aire caliente que emana la comida se acumule en la cocina y se vaya a otras estancias. De paso, evitas que la casa entera huela a comida.
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Si es posible, en las horas de más calor, evita usar el horno y el fuego. Todo lo que puedas cocinar en frío, ayudará a mantener fresca la casa.
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Si tienes plantas dentro y las riegas, notarás que el ambiente se refresca. Si las tienes fuera, reducirás la temperatura de la fachada. Si tienes dentro y fuera, es posible que tengas una temperatura envidiable dentro de la casa.
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Las puertas son parte del aislamiento de una casa, por lo que sellándolas con burletes, evitarás que el calor se cuele por las rendijas. Se trata de unas tiras flexibles con pegamento que puedes colocar fácilmente y que son muy económicas.
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Si tienes aire acondicionado y no quieres renunciar a sus servicios, la recomendación es ponerlo a 26º de forma constante. Cada grado que bajes, el gasto puede incrementarse hasta un 8%. Es decir, ponerlo a 21º puede suponer un 40% más en la factura.
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La sensibilidad de los pies puede ser tu gran aliada para dormir de noche. De hecho, si sacas los pies de las sábanas, dormirás mucho más fresco.
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Una comida copiosa obligará a tu cuerpo a producir más calor para digerirla, lo que elevará tu temperatura. Opta por comidas ligeras y, si puede ser, refrescantes: ensaladas, gazpachos, batidos...
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