¿De qué murió la reina Isabel II?
A pesar de que parecía obvia, para una persona de 96 años, ha habido que esperar varias semanas para conocer el motivo real de la muerte de la reina Isabel II. Ha sido National Records of Scotland donde han publicado el certificado de defunción de la monarca, donde se recoge que la causa real de su fallecimiento fue "la vejez".
Fue el 8 de septiembre de 2022 el día que murió la reina Isabel II, comenzando así diez días de luto entre el pueblo británico. El certificado de defunción ha confirmado que la monarca falleció a las 15:10 horas, más de tres horas antes de que se hiciera público el fallecimiento.
Tal y como recoge el certificado de defunción, "la vejez" fue la causa de la muerte, la misma que se llevó a su marido, el príncipe Felipe, el 10 de junio de 1921, con 99 años. A pesar de que parecía obvia la causa de la muerte, cada vez más gente se cuestionaba qué había pasado.
Durante casi 21 días, no hubo información oficial sobre la causa de su muerte de Isabel II. El pasado 8 de septiembre, la Casa Real Británica, simplemente, lanzó este comunicado a través de las redes sociales: "La reina murió en paz en Balmoral esta tarde".
A pesar de su avanzada edad, la reina Isabel II gozaba de muy buena salud hasta hace unos meses. Su historial médico no incluye ninguna enfermedad crónica, solo una gripe fuerte (1993), una muñeca rota (1994), una cirugía de rodilla (2003), gastroenteritis (2013), un resfriado fuerte (2017) y una lesión en la espalda en noviembre de 2021, según han recogido diferentes medios británicos.
Tras la muerte de su esposo Felipe de Edimburgo en 2021, la reina se retiró cada vez más de la vida pública. En febrero de 2022, Isabel II preocupó a los fanáticos reales con una infección de Covid, aunque solo tuvo síntomas leves, tal y como informaron desde Casa Real.
Sin embargo, según BBC, la reina aseguró en una entrevista estar "cansada y deprimida" tras pasar el Covid. De hecho, en sus últimos meses de vida, se la había visto con un bastón y con un peso mucho menor del habitual, a lo que se sumó la cancelación de citas relevantes, como fue su presencia en algunos de los actos programados para el aniversario de su ascenso al trono.
Aún así, la muerte de Isabel II fue una sorpresa para muchos. El día de su fallecimiento, desde palacio confirmaron que los médicos de la reina estaban "preocupados" y habían recomendado un seguimiento médico, pero el público no esperaba que su estado fuera tan crítico.
Ginni Mansberg, presentadora y doctora australiana, aseguraba en el canal de televisión australiano 7NEWS que la Reina, probablemente, no tuvo que sufrir en sus últimos momentos, mientras cumplía con sus tareas hasta el final. "La enfermedad cardíaca y el derrame cerebral podrían ser las causas. Podría haber sufrido un derrame cerebral o un ataque al corazón", explicó la doctora.
Dos días antes de su muerte, en el momento del nombramiento de la nueva Primera Ministra de Gran Bretaña, Liz Truss, la atención del público se centró en la decoloración azul en la mano derecha de la reina (en la foto). Sin embargo, no era previsible que esta fuera la última aparición pública de la monarca.
El médico australiano Deb Cohen-Jones aseguró a Daily Mail que la mancha azul-púrpura puede ser un signo de enfermedad vascular.
Según el médico, la afección puede provocar insuficiencia cardíaca o un fallo orgánico múltiple porque "los vasos sanguíneos fuera del corazón y el cerebro se estrechan, bloquean o sufren espasmos".
Otra teoría propuesta por varios médicos es que la Reina sufrió demasiado por la pérdida de su esposo y compañero. El llamado síndrome del corazón roto es una enfermedad del miocardio adquirida, una disfunción repentina del ventrículo izquierdo, que se desencadena por estrés o dolor intenso.
El doctor Deb Cohen-Jones aseguraba a Daily Mail que se trata de perder la voluntad en lugar de la salud: "Fisiológicamente, perder al duque de Edimburgo le habría causado un estrés severo, lo que habría provocado que sus niveles de cortisol aumentaran".
El escándalo que rodeó a su hijo, el príncipe Andrés, y la salida de Harry de la familia real, seguido de la publicación de la entrevista con Oprah Winfrey, también fueron enormes desafíos para la cabeza visible de la familia real inglesa.
La reina Isabel II fue enterrada en el Castillo de Windsor, en la pequeña Capilla Conmemorativa del Rey Jorge VI, junto a su esposo, el duque de Edimburgo. Representantes de las casas reales europeas y políticos como los reyes de España Felipe y Letizia, el presidente estadounidense Joe Biden y el presidente francés Emmanuel Macron, asistieron al funeral.