El amor dura dos años (según la ciencia)
Cada relación es única y el amor cambia con el tiempo. Estudios indican que la intensidad del amor suele durar alrededor de dos años, influenciado por hormonas y neurotransmisores que desencadenan emociones intensas durante el enamoramiento, afirma la psicóloga Elizabeth Cuevas Soria en un artículo publicado por Infobae.
Utilizamos una amplia variedad de términos para describir este sentimiento irracional: esa "chispa" que se siente entre dos personas. Los lazos afectivos empiezan por el enamoramiento y permiten, poco a poco, construir relaciones duraderas.
"El amor es una necesidad biológica tan vital para el bienestar de una persona como el agua fresca, la comida y el ejercicio", afirma Stephanie Cacioppo, neurocientífica de la Universidad de Oregón y autora del libro "Wired for Love: A Neuroscientist's Journey Through Romance, Loss, and the Essence of Human Connection", según un artículo publicado por National Geographic.
"Puesto que el amor es tan importante para nuestra salud, bienestar y reproducción, no podía dejarse al aprendizaje", afirma Sue Carter, directora emérita del Instituto Kinsey de Indiana (Estados Unidos) y reputada bióloga especializada en el vínculo social, según publica el mismo artículo del National Geographic.
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La mente y el cuerpo utilizan neurotransmisores y hormonas para regular funciones y emociones. Estas sustancias influyen en el sistema límbico, donde se procesan recuerdos, olores y se experimenta atracción y afecto. La oxitocina, por ejemplo, refuerza la conexión emocional en relaciones, reduce el miedo a la vulnerabilidad y fortalece los lazos con el tiempo, según Cynthia Kubu, neuropsicóloga de la Clínica Cleveland.
En lo que respecta a las emociones que asociamos con el amor, siete hormonas desempeñan papeles especialmente importantes. A continuación os presentamos estas sustancias químicas y sus efectos...
La oxitocina, conocida como la "hormona del amor", facilita la formación de conexiones sociales, aumenta la confianza y fortalece los sentimientos de atracción. Por otro lado, la vasopresina despierta emociones de excitación relacionadas con el amor hacia otra persona, promoviendo sentimientos protectores y de apego.
La dopamina, una hormona de recompensa, se activa con experiencias placenteras como la comida, el ejercicio y las relaciones sexuales. Por otro lado, la testosterona y el estrógeno, conocidas como hormonas sexuales, juegan un papel crucial en el deseo de reproducción y en nuestro impulso básico de tener relaciones sexuales.
La noradrenalina desencadena respuestas fisiológicas al enamorarse, como acelerar el corazón y aumentar la energía. Además, está vinculada al almacenamiento de la memoria, lo que permite recordar vivamente los primeros días de una relación. Por otro lado, la serotonina disminuye en ciertas etapas de la atracción.
"El amor es un fenómeno multisensorial sumamente complejo en el que intervienen todos nuestros sentidos y que afecta al cerebro de muchas formas profundas y misteriosas", afirma Jacquie Olds, profesora asociada de psiquiatría clínica de la Facultad de Medicina de Harvard (EE. UU.), según un artículo de National Geographic
Científicos identifican cuatro fases principales del amor, según estudio. La euforia inicial, que puede durar de 6 meses a dos años, seguida por etapa de apego temprano y una crisis entre los 5 y 7 años. Estas fases son la euforia, la vinculación, la crisis y, finalmente el apego profundo, según artículo en TecnoXplora.
Otro estudio reciente publicado en El Tiempo indica que la pasión sexual en las relaciones de pareja tiende a disminuir después de dos años, lo que sugiere que el fervor amoroso tiene un periodo de duración limitado.
Las diversas etapas de una relación ofrecen una gama de beneficios. Estudios también indican que, durante la fase inicial del enamoramiento, ciertas hormonas son más predominantes, mientras que otras proporcionan ventajas a largo plazo. A continuación, detallamos las distintas fases del amor...
En esta etapa inicial, se destaca por un intenso impulso sexual y la búsqueda activa de compañía. La atención se centra en la atracción física y la excitación sexual.
Las emociones son el epicentro de la experiencia amorosa durante esta fase. Se experimenta una intensa atracción física, acompañada de una euforia palpable y la idealización profunda de la pareja. Es un período en el que predominan las emociones positivas, como la felicidad y el bienestar, alimentadas por la liberación de hormonas como la dopamina y la oxitocina.
En esta etapa, se consolida la relación, marcada por un compromiso más sólido y duradero. Se establece un vínculo basado en el apego y la estabilidad emocional. Sin embargo, también comienzan a surgir los primeros desafíos. Es un período crucial donde la pareja enfrenta la realidad de la convivencia y debe aprender a lidiar con las diferencias.
En esta etapa, la pasión inicial disminuye y pueden surgir dudas sobre la relación. Las parejas enfrentan desafíos y conflictos que ponen a prueba su vínculo, requiriendo esfuerzos para mantener la conexión y superar diferencias.
En la fase de superación, las parejas demuestran su capacidad para resolver problemas y conciliar intereses, fortaleciendo así su conexión emocional. Se da prioridad al cariño mutuo por encima de las idealizaciones, y se establece una comunicación más profunda y significativa.
En resumen, después de experimentar las diversas fases del amor, las relaciones tienden a evolucionar hacia una etapa más sólida y duradera. Esta evolución implica un amor más profundo y arraigado, basado en la complicidad y el compromiso mutuo.
A pesar de la disminución de las sensaciones iniciales, es totalmente factible cultivar un amor duradero. La comunicación abierta, el respeto mutuo y mantener viva la chispa son claves fundamentales para preservar y fortalecer la relación a lo largo del tiempo.