He aquí, posiblemente, la única persona del mundo que habla mal de Tom Hanks
Que Tom Hanks es el padre, abuelo, tío o pariente lejano que medio mundo querría tener, es algo en lo que millones de personas coinciden.
Para bien o para mal, el actor reduce su familia a su esposa, Rita Wilson, Chester Marlon (1991) y Truman Theodore (1996), los dos hijos que tienen en común, y Colin Hanks (1977) y Elisabeth Ann (1982), dos hijos de su anterior matrimonio con Samantha Lewes.
Sí, Tom Hanks se casó con Samantha Lewes en 1978 y se divorciaron siete años más tarde, con dos hijos en común. Samantha Lewes fallecería de cáncer en 2002.
Dejando de lado este duro pasaje en la vida de Tom Hanks, resulta curioso que una de las pocas personas que hable mal de uno de los actores más queridos de Hollywood... ¡sea uno de sus propios hijos!
En concreto ha sido Chester Hanks, el tercero por edad y primero que tuvo con Rita Wilson, quien ha criticado tanto a su padre como a su madre.
Famosos y famosas que tienen muchos (pero muchísimos ) hijos
Cantante y actor de profesión, Chester Hanks también tiene su propio canal de Youtube (Chet Hanx), desde el que se ha sincerado sobre lo que es llevar el apellido Hanks.
En el vídeo, titulado 'La verdad de crecer como un Hanks', hace una interesante disertación sobre su propia vida, sus problemas, sus fantasmas, su carrera... Lo dicho, muy interesante.
Obviamente, en un momento de la autoentrevista, salió el tema del consumo de sustancias prohibidas y cómo su adicción llevó a sus padres a meterle en un centro de desintoxicación con 17 años.
"Estaba en el punto más bajo de mi vida, completamente perdido. Hasta el punto en que la historia traspasaba los límites que yo conocía", recuerda.
En ese punto, Tom Hanks y Rita Wilson optaron por una rehabilitación profunda y le internaron en un centro especializado. "Me hundieron psicológicamente", asegura Chet, como le llaman.
A pesar de reconocer que la medida fue adecuada y que "estaba totalmente fuera de control", señala a sus padres por la decisión que tomaron.
Eso sí, Chet Hanks no duda en matizar que "no cambiaría mi situación por nada. Amo a mis padres".
Y es que, más allá de sus rencillas de adolescencia, Chet sabe que el apellido Hanks ofrece unos privilegios y ventajas a los que resulta complicado renunciar.
"Hay muchas ventajas, pero a veces puede ser bastante extraño. He podido hacer muchas cosas geniales que mucha gente nunca ha tenido la oportunidad de hacer", confiesa.
¿De qué cosas hablamos? Desde "viajar por el mundo, a hospedarme en buenos hoteles o viajar en aviones privados y me siento bendecido por eso. No cambiaría mi situación", afirma.
Ahora, también confirma que la fama tiene un peligroso doble filo: "Mi experiencia fue muy complicada porque la fama es tóxica y yo ni siquiera era famoso", son sus palabras.
"Tan sólo era el hijo de alguien famoso, no había hecho nada para merecer ningún tipo de reconocimiento, por lo que esto generó mucho desprecio a mi persona", termina asegurando Chet Hanks.