Los grandes ausentes en el funeral de la reina Isabel II
Según ha informado CNN, al funeral de la reina Isabel II en Londres acudirán más de 500 líderes mundiales. A pesar de parecer un número excesivo, lo cierto es que ha habido otros tantos líderes que, por unos motivos u otros, no acudirán al histórico evento. Estos son los grandes ausentes en el funeral de Isabel II.
El presidente ucraniano ha rechazado la invitación al funeral y el motivo no es otro que la situación en la que se encuentra su país. Eso sí, Volodymyr Zelensky ha sido de los primeros líderes en recibir la invitación oficial de la Casa Real Británica.
En un comunicado oficial, El Vaticano ha confirmado que el Papa Francisco no acudirá al funeral de la reina Isabel II. En su lugar, lo hará el 'ministro de Exteriores' de la Santa Sede, Paul R. Gallagher.
El mensaje de condolencia enviado por Vladimir Putin no fue suficiente para garantizarle una invitación a lo que será un evento histórico con una caja de resonancia mundial. De hecho, el Palacio de Buckingham ha preferido ignorar su presencia o la de cualquier representante del gobierno ruso.
El Kremlin ya lo había dado a conocer el 9 de septiembre, a través de las palabras del secretario de prensa del presidente de la Federación de Rusia, Dmitry Peskov (en la foto): "La participación personal de Putin en el funeral de la reina Isabel II de Gran Bretaña no está prevista", como informó la agencia de noticias TASS.
Como explica CNN, todos los países con los que el Reino Unido mantiene estrechas relaciones diplomáticas han sido invitados a asistir al funeral. Tras el inicio del conflicto en Ucrania y la fuerte y contundente condena del gobierno británico a la actuación de Moscú, la relación entre ambos países se ha deteriorado de forma considerable.
El conflicto en Ucrania es también la razón por la que el gobierno de Bielorrusia no ha recibido una invitación para el adiós definitivo a la reina Isabel. El apoyo de Bielorrusia a Rusia impidió cualquier posibilidad de que Aleksandr Lukashenko asistiera al funeral.
Conviene recordar que es de Bielorrusia de donde habrían partido los tanques rusos hacia Kiev y, en todo caso, la proximidad entre los dos jefes de Estado rusos y bielorrusos es suficiente como para que Casa Real Británica haya tomado esta decisión.
Tampoco estará Bashar Al-Assad, presidente de Siria. Durante años, el Reino Unido ha reducido las relaciones con la diplomacia siria, acusando al gobierno de Damasco de, entre otras cosas, apoyar a Putin.
Además, hay que considerar que en tres ocasiones, desde 2017, el gobierno encabezado por Bashar Al-Assad ha sido acusado de usar armas químicas contra su propio pueblo.
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, es el único líder latinoamericano que no asistirá al funeral de la monarca británica. Las relaciones entre los dos países no son las mejores desde hace tiempo.
Uno de los motivos de la tensión entre Venezuela y Gran Bretaña fue el fallo del Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales que negó a Nicolás Maduro el acceso a las enormes reservas de oro que tiene en el Banco de Inglaterra, como parte de un juicio durante el levantamiento de Juan Guaidó. De hecho, el Gobierno británico, al igual que otros países occidentales, llegó a reconocer a Juan Guaidó como "presidente interino" de Venezuela en 2019, algo que no gustó demasiado a Nicolás Maduro.
Al gobierno británico, dados los acontecimientos de los últimos tiempos, ni siquiera le gusta la presencia del gobierno talibán en el funeral de su reina y, por ello, no ha enviado ninguna invitación a Afganistán.
Desde Londres, acusan al gobierno de Kabul, reconquistado por los talibanes en agosto de 2021, de pisotear los derechos de las mujeres y silenciar a los opositores políticos.
Desde febrero de 2021, Reino Unido ha reducido su presencia diplomática en el país, tras el golpe militar que derrocó al gobierno de la premio Nobel Aung San Suu Kyi, reprimiendo violentamente las protestas.
Desde entonces, el gobierno del Reino Unido ha impuesto numerosas sanciones, tanto financieras como personales, dirigidas a la comunidad rohingya, "los responsables de socavar la democracia y el estado de derecho".
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