¿Por qué utilizan ramo las novias? Las razones (a veces bizarras) de los rituales matrimoniales
Las tradiciones que tanto te gustan son un reflejo de las creencias culturales y espirituales de una sociedad, como un enlace con costumbres históricas que han sido transmitidas a través de generaciones. Aquí las más curiosas.
Este ritual tiene sus raíces en la Edad Media en Europa. Se decía que las novias llevaban ramos para disimular el olor corporal, ya que los baños no eran frecuentes. Más tarde, se convirtió en una tradición lanzar el ramo como símbolo de suerte para la soltera que lo atrapara.
En la antigua Roma, el velo se utilizaba para proteger a la novia de los espíritus malignos durante su día especial. También servía para esconder la cara de la novia hasta que se completaba el matrimonio, asegurando que el novio no se echara atrás; pues muchas veces se casaba por razones políticas, sin conocer a su futura esposa.
Este ritual tiene sus orígenes en el antiguo Egipto, donde los anillos se intercambiaban como símbolos de amor eterno, ya que el círculo representa un amor sin fin.
Esta práctica proviene de la antigua Roma, donde se creía que si la novia tropezaba al entrar en su nuevo hogar traería mala suerte, por lo que el novio la cargaba para evitarlo.
Originario de la antigua Roma, la tradición era romper el pastel sobre la cabeza de la novia para traer fertilidad y buena fortuna al matrimonio.
En la Francia medieval, los invitados solían arrancar un pedazo de la ropa de la novia para obtener buena suerte. Para evitar esto, la novia comenzó a lanzar su liga a los invitados.
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En las bodas judías, el novio rompe un vaso envuelto en una tela con el pie. Lo hace para recordar la destrucción del Templo de Jerusalén y simbolizar que el matrimonio debe ser tan difícil de romper como reconstruir el vaso roto.
En algunas partes de Europa del Este, se realiza una broma donde los amigos del novio "secuestran" a la novia y el novio debe realizar tareas o pagar rescate para recuperarla, lo que simboliza el esfuerzo que pondrá en su matrimonio.
Antiguamente las hijas se consideraban de la propiedad de su progenitor, así que era él quien se encargaba de transferir dicha "propiedad" al nuevo dueño: el novio.