¿Un nazi en la familia real neerlandesa? Los detalles al descubierto

El príncipe Bernardo (Bernardo de Lippe-Biesterfeld), abuelo de Guillermo de Orange, actual Rey de los Países Bajos falleció en 2004 asegurando, a sus 93 años, que él nunca fue nazi ni tuvo ninguna relación con el partido liderado por Adolf Hitler.

Sin embargo, el tiempo y una serie de documentos han terminado por contradecirle, porque se ha podido comprobar que el controvertido príncipe Bernardo fue miembro del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP, en sus siglas en alemán), más conocido como Partido Nazi.

Ha sido el antiguo director del Archivo Real de los Países Bajos, Flip Maarschalkerweerd, quien ha encontrado ahora el carnet original del partido del que fuera esposo de la reina Juliana, un documento que el mismo guardó en su archivo personal y siempre negó haber tenido.

Maarschalkerweerd hizo pública la existencia de este documento en el periódico NRC en el momento que ha salido a la venta su libro ‘De Achertblijvers’ (‘Los rezagados’), donde hace un repaso por todos los papeles del príncipe Bernardo que el mismo se encargó de inventariar.

Según contó, el carnet estaba incluido dentro de un expediente alemán que incluía una nota del año 1949 firmada por el general Lucius Clay, oficial a cargo de la administración de zona americana en Alemania en la división establecida después de la II Guerra Mundial.

En esa nota escrita por Clay, comentaba que encontraron el carnet en la caja fuerte del príncipe, quien lo había guardado ahí con la intención de destruirlo.

Ya en el año 1990, se encontró en Estados Unidos una copia de ese carnet encontrado por Maarschalkerweerd que lo vinculaba a la formación radical de Hitler pero, como hizo a lo largo de toda su vida siempre lo negó.

Esto se explica precisamente porque el documento original fue copiado por las fuerzas estadounidenses antes de devolvérselo al príncipe Bernardo.

No fue lo único que apareció en aquel año, también se pudieron encontrar una serie de cartas en las dejaba de ser miembro del partido después de haberlo cancelado él mismo en el año 1936, justo un año antes de su matrimonio con la reina Juliana.

Seis años después de que apareciera, dos historiadores holandeses, Gerald Aalders y Coen Hilbrink, hicieron pública la existencia de aquella copia, con lo que se acusó al príncipe Bernardo de su afiliación pasada generando gran polémica.

En una entrevista que le hicieron y que apareció publicada después de su muerte en el periódico neerlandés De Volkskrant, el príncipe Bernardo decía contundentemente: "Juro por la Biblia que nunca fui nazi. Nunca pagué las cuotas del partido".

En esa misma entrevista lo que sí confesó fue que intentó ingresar en la milicia de voluntarios Sturmabteilung y en el grupo paramilitar Schutzstaffel, vinculados a los nazis, como medio para poder graduarse en aquellos tiempos, algo para lo que era fundamental involucrarse en cierta manera, según sus palabras.

Uno de los dos historiadores que denunció su afiliación en los 90, Gerald Aalders, ha comentado en NRC tras la aparición del carnet original que, con ello, ahora se siente “reivindicado”.

“Bernardo me llamó desde su lecho de muerte intentado negar lo que era innegable", ha dicho, a la vez que ha asegurado que sería imposible que el carné fuera falso, porque “hay cartas de los amigos del príncipe que tuvieron que asegurarse de que habían destruido sus propias tarjetas como miembros del mismo partido".

El príncipe Bernardo ha pasado a la historia de su país como un hombre polémico del que se recuerdan cuestiones como tener hijos ilegítimos o ser acusado de sobornos por los que consiguió un millón de dólares como mediador de una compañía aeronáutica llamada Lockheed.

Pero algo por el que, además, se le puede relacionar con sus ideas cercanas al Partido Nazi, fueron unas declaraciones por las que decía que su bisabuela Guillermina “podría haber desempeñado un papel diferente” para los judíos de Holanda en tiempos de guerra.

Y aunque es un tema que viene de lejos, la aparición de estos documentos oficiales y reales como la vida misma, han revolucionado los Países Bajos y a su gente, que han visto como de la noche a la mañana un hombre al que se consideraba como un héroe de la resistencia en la Segunda Guerra Mundial, ha terminado por convertirse en parte del bando enemigo.

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