Onanismo, ceguera y otros mitos científicamente incorrectos

¿Tocamientos y ceguera?
La evidencia se impone
Sin efectos negativos
Beneficios
¿Cómo surge este bulo?
Aristóteles en el origen
Perder fluidos
La semilla de la vida y los ojos
Del siglo IV a.C. al siglo XVIII
No sólo ceguera
La ciencia habló
Pruebas verificables
¿Tocamientos y ceguera?

"Si te tocas, te puedes quedar ciego". Esta afirmación, por muy fuera de contexto que suene en pleno siglo XXI, era parte de un predicamento que durante mucho tiempo se metía en la cabeza de niños desde su más tierna infancia.

Foto: Unsplash - Christopher Lemercier

La evidencia se impone

El paso del tiempo, el acceso a la información y, sobre todo, la falta de evidencia científicas han llevado a que esta mentira, prolongada durante demasiado tiempo, haya quedado olvidada en tiempos pretéritos.

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Sin efectos negativos

Y es que, vaya por delante, la autosatisfacción masculina no implica efecto negativo alguno para la salud. No, tampoco provoca acné, que el miembro se curve, infertilidad o, como en algunos casos se ha comentado, enanismo.

Beneficios

De hecho, el onanismo puede presumir de aportar beneficios, más allá del placer, como calmar el dolor, ayudar a conciliar el sueño o elevar el estado de ánimo, como mostraba un estudio publicado en Europe's Journal of Psychology.

Foto: Unsplash - Andre Hunter

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¿Cómo surge este bulo?

Pero, ¿de dónde surge esta gran mentira? ¿Cómo es posible que, durante siglos, se haya asegurado que el autoplacer podría llevar a la ceguera? ¿Qué relación tiene la zona genital con la vista?

Foto: Unsplash - Matt Seymour

Aristóteles en el origen

Según algunos historiadores, este bulo milenario se remonta a la época de Aristóteles, cuando el filósofo y científico creía que el semen se almacenaba cerca de los ojos. Hablamos de una teoría desarrollada en el siglo IV a. C.

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Perder fluidos

Con esta creencia como base, Aristóteles exponía que la expulsión de fluidos del cuerpo hacía que la cabeza se enfriara y llegara menos irrigación sanguínea, lo que provocaba la preocupante ceguera.

Foto: Unsplash - Scott Sanker

La semilla de la vida y los ojos

El historiador Richard Broxton, en su libro 'Los orígenes del pensamiento europeo' (1926), recoge numerosos textos que sitúan la 'semilla de la vida' en la cara, señalando a Aristóteles como el creador de la teoría de que el semen de mayor calidad estaba alrededor de los ojos.

Foto: Unsplash - Quentin De Graaf

Del siglo IV a.C. al siglo XVIII

Siglo y medio antes, en 1760, el médico suizo Samuel Auguste Tissot había dado por buenas, incluso ampliado, los peligros que implicaba el autoplacer, en su libro 'El Onanismo: Ensayo sobre las enfermedades producidas'.

Foto: Unsplash - Scott Sanker

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No sólo ceguera

En esta obra, Tisson asegura que el semen era esencial para el hombre y que perderlo suponía una reducción de la fuerza, pérdida de memoria, visión borrosa, problemas nerviosos y otros problemas como la ceguera.

Foto: Unsplash - Tom Pumford

La ciencia habló

A día de hoy, la ciencia ha demostrado que todo es falso, que el onanismo no tiene efectos secundarios, siempre y cuando la presión ejercida sobre el miembro no sea excesiva.

Foto: Unsplash - Womanizer Toys

Pruebas verificables

Además, la prueba más fehaciente es que si el autoplacer provocara ceguera, todo el mundo sabe de alguien que tendría problemas de visión desde la misma adolescencia.

Foto: Unsplash - Franco Alva

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