La vida secreta de Barron Trump, el hijo de Donald y Melania Trump
Desde que su padre abandonó la Casa Blanca en enero de 2021, las apariciones en público de Barron Trump se cuentan con cuentagotas. Sin embargo, esta imagen tomada en el verano de 2021 muestra lo mucho que ha cambiado el hijo pequeño del expresidente de EE.UU. ¿Qué fue de él? ¿Cómo es su vida lejos de Washington? Retrocedamos, primero, en el tiempo para entender mejor el presente del hijo menor de Donald y Melania Trump.
Barron Trump no ha tenido la vida de un niño o adolescente cualquiera. Ser hijo de Donald Trump no es fácil y menos cuando tu padre se convierte en presidente de los Estados Unidos. Quizás por eso la imagen que se repite en sus fotos públicas es la de un muchacho poco sonriente bajo la mirada de un padre severo y una madre amorosa que le apoya incondicionalmente. En todo caso, ¿cuál es la historia de Barron Trump?
El 20 de marzo de 2006 nace Barron William Trump, quinto hijo de Donald Trump y primer vástago de Melania, su esposa. Un niño neoyorquino aunque con parte del sol de Florida por lo que toca a las escapadas a la mansión de Mar-a-Lago. De hecho, Barron fue bautizado en la Iglesia Episcopaliana Bethesda-by-the-Sea de Palm Beach.
Durante su infancia acudió a la Columbia Grammar & Preparatory School en Manhattan y su madre puso buen cuidado en que no olvidase sus raíces, haciéndole aprender esloveno, la lengua de su familia materna.
Barron fue un niño que creció entre flashes y focos. Su padre, omnipresente en la televisión antes de dar el salto a la política, le exhibió en programas como 'The Apprentice' y el show de Oprah cuando era muy pequeño.
La fama ha sido el hábitat natural de Barron y, sin embargo, siempre dio la impresión de que no era algo que le gustase especialmente. Varios cronistas han coincidido en señalar que Melania Trump le ha protegido y enseñado una cierta filosofía vital de la discreción.
Sea como sea, Barron pertenece a una familia en la que se mezcla la política, lo empresarial y el show business.
Y en plena adolescencia, por sorpresa, Donald Trump gana las elecciones en 2016 y toca mudarse a la Casa Blanca. Melania Trump se resistió tanto como pudo, quería quedarse en Nueva York y que Barron continuase sus estudios con normalidad. Finalmente, en el curso 2017-2018 se cambia a Barron de colegio e ingresa en St. Andrew's Episcopal School en Potomac, Maryland.
Llamó la atención el gesto serio (algunos medios hablaron, incluso, de incomodidad) de Barron.
En los primeros días de la presidencia de Trump tuvo que soportar Barron críticas de la prensa más conservadora porque le acusaban de ir vestido demasiado informal. La mismísima Chelsea Clinton, hija del ex presidente demócrata Bill Clinton, salió en defensa del adolescente: "Barron tiene derecho a ser un niño".
El armario de Barron Trump se convirtió en absurdo objeto de debate para algunos columnistas y gente de los debates televisivos. Siendo Trump un icono para los conservadores, resulta paradójico que Barron se convirtiera en diana de la opinión más reaccionaria de los medios.
Lo cierto es que Barron desapareció de escena y desde entonces, cada vez que aparecía en público, lo hacía con ropajes de adulto.
Mucho se ha especulado sobre la relación entre Melania y Donald Trump y han sido públicos los gestos en que ella se ha rebelado contra cierto autoritarismo del magnate y luego presidente. Pero todas las crónicas coinciden en que Barron ocupa un lugar central en la vida de Melania y que todas sus decisiones tienen en cuenta el futuro de su hijo. Incluido un posible divorcio del que tanto se habla y nunca llega.
Todas las biografías que se han escrito sobre Donald Trump le describen como un hombre al que las obligaciones de padre nunca le han concernido. Demasiado absorbido por los negocios y programas de televisión como para prestar atención a sus hijos. La propia Melania confesó en una entrevista recogida por Vanity Fair: "Él (Donald Trump) está muy ocupado y yo me ocupo de Barron".
En todo caso, Melania asegura que Barron admira a su padre muchísimo y que este, a su vez, le llama "pequeño Donald" porque ve a su hijo muy parecido a cómo es él.
De cualquier modo, la vida privada de Barron Trump (como toda su corta biografía) tiene mucho de secreto. Por ejemplo, ¿quiénes son sus amigos? Es un misterio. Según recogía Vanity Fair, Melania dijo en cierta ocasión: "Le gusta mucho jugar solo". Seguramente la pandemia no le ha ayudado a socializar.
Se ha especulado mucho (e incluso de modo excesivo) con el carácter presuntamente retraído de Barron Trump. Pero estamos con Chelsea Clinton: tiene derecho a ser un niño y a ser adolescente sin que se le exija sonreír en todo momento. En cualquier caso, tiene un largo futuro por delante y podrá construir su propia biografía y decidir por sí mismo.