¿Son los sueños predicciones del futuro?
Los seres humanos pasan aproximadamente el 30% de toda su vida durmiendo. Pero aunque el cuerpo necesita descansar, nuestro cerebro permanece activo y se deja conducir por la imaginación. ¿O hay algo más que percibimos mientras dormimos? ¿Qué dice la ciencia y qué dicen las creencias populares al respecto?
Hay quienes creen que los sueños contienen predicciones de algo que está por suceder. Vamos a analizar esta creencia y explicar alguna sorprendente curiosidad sobre este asunto.
Foto: Unsplash
Desde los primeros albores de la civilización humana, se concedió al sueño un enorme valor simbólico. Se creía que era una forma fundamental de predecir el futuro y también que aclaraba ciertos aspectos de la realidad. El ser humano buscó en los sueños las respuestas a lo que no podía explicar en la vida real. Durante siglos se ha considerado un territorio mágico.
Foto: Unsplash
Hoy,entendemos el sueño de una manera muy diferente a como lo entendíamos hace 2.000 años. Pero los sueños siguen teniendo un carácter místico. Hay algo inexplicable, poético y arrebatador en su fuerza y verismo y, a la vez, capacidad de transportarnos a mundos de fantasía.
Foto: Unsplash
Podemos encontrar muchas personas que dicen haber soñado con algo que, después de un tiempo, realmente sucedió. Es curioso cómo, aún hoy, esta creencia ancestral persiste . Pero ¿por qué sucede esto?
Foto: Unsplash
Según el neurocientífico Sidarta Ribeiro, en el libro 'O Oracle da Noite', "al reverberar recuerdos del pasado, el sueño refleja las expectativas del soñador sobre el futuro".
Foto: Unsplash
Esto significa que la capacidad de predecir el futuro es, en parte, real. El ser humano, tan sensible y con un poder para recordar impresionante con respecto a otras especies animales, logra, a través de los sueños, proyectar un futuro posible.
Foto: Unsplash
Así que, por ejemplo, cuando soñamos que alguien ha tenido un terrible accidente significa, entre otras cosas, que nos estamos preparando para una situación similar. El sueño es un ejercicio seguro, donde aprendemos a lidiar con las cosas más terribles (y también las más deliciosas).
Foto: Unsplash
Pero volvamos al ejemplo del accidente. ¿Qué pasa si descubrimos que realmente sucedió ese accidente soñado antes de que se produjera? No sería tan sorprendente. Nuestro cerebro siempre construye cada sueño a partir de experiencias reales y, en ocasiones, incluso imagina lo probable y se anticipa. ¿Podemos hablar entonces de adivinación en sueños? Se trata, en realidad, de capacidad prospectiva, de cómo mediante los sueños sabemos hacer hipótesis sobre el futuro que, a veces, se cumplen.
Foto: Unsplash
En sueños también tratamos de satisfacer pequeños o grandes deseos que no quizá no pueden cumplirse durante la vigilia.
Foto: Unsplash
En el libro 'La interpretación de los sueños', el famoso psicoanalista Sigmund Freud afirma que el sueño en realidad representa un deseo reprimido. Según el fundador del psicoanálisis, soñar es una forma de acceder al inconsciente.
Foto: Unsplash
Cuando dormimos, nuestros frenos sociales y mentales están más relajados, lo que permite la libre expresión del inconsciente a través de herramientas de la memoria. Como escribió Freud,: "Todo el material que compone el sueño se forma a partir de la experiencia".
Foto: Unsplash
Los sueños son una gran colcha de retazos y pueden variar mucho según el soñador. Pero sabemos que existen tres tipos muy comunes: el sueño de pesadilla, el placentero y el de persecución.
Foto: Unsplash
Habitualmente, el mal sueño genera una fuerte sensación de miedo, con acontecimientos desagradables, de los que nos gustaría escapar. ¿Quién no recuerda las pesadillas de la infancia?
Foto: Unsplash
A diferencia de la pesadilla, el buen sueño satisface plenamente al soñador. Muchos sueñan con la experiencia de “volar”, por ejemplo, describiéndola como un acto sumamente feliz.
Foto: Unsplash
Es cuando realmente queremos lograr algo, pero generalmente no podemos. A menudo, en una determinada etapa de la vida, el sueño se repite durante un período. Cuando esto ocurre, vale la pena intentar interpretarlo. Pero sólo el soñador tiene la llave para desbloquear los símbolos soñados.
Foto: Unsplash
“Describir los sueños inmediatamente después del despertar es una práctica sencilla que enriquece mucho la vida onírica”, escribe Sidarta Ribeiro en el libro 'El oráculo de la noche'.
Foto: Unsplash
Un consejo efectivo es escribir tu sueño justo después de despertarte. Es el momento en que está fresco en la memoria. A veces, después de 5 minutos, ya no somos capaces de describirlo.
Foto: Unsplash
Por lo tanto, conviene tener siempre a mano un cuaderno y un bolígrafo junto a la cama. Puede parecer difícil al principio, pero se trata de escribir lo primero que viene a la mente: un sentimiento, un color, un lugar.
Foto: Unsplash
Sea bueno o malo el sueño, vale la pena escribirlo. Es un útil reflejo de nuestra vida interior. Y en cuanto a predecir el futuro... todavía no se ha inventado el método para llevar a cabo tal tarea con precisión científica. Disfrutemos de cada sueño por sus muchas cualidades y no busquemos augurios.
Foto: Unsplash